Festival con esencia y tirón

El Chicken Run, una cita pequeña pero poderosa, llenó Lugo el fin de semana de moteros y amantes del rock
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photo_camera Las motos fueron uno de los grandes atractivos del festival. XESÚS PONTE

El Chichen Run no es uno de esos festivales de masas y tampoco parecen pretenderlo sus organizadores, pero es una cita cargada de esencias y en la que se disfruta de la música y de mucho más, siempre en un ambiente de camaradería.

Y, aún siendo una cita pequeña, su tirón entre los amantes de las motos y del rock se hizo notar, hasta el punto de que la ciudad se llenó de moteros, que pasearon por Lugo exhibiendo unas motos espectaculares, que causaron el asombro de muchos.

La cita llegaba este año a su séptima edición y tiene como base unos amplios terrenos situados en la carretera vieja de Santiago, donde no solo se celebran conciertos, sino que hay también zona de acampada, llamativas exposiciones y comida servida desde un foodtruck.

Pero como los conciertos se celebraron durante la noche, muchos de los llegados a Lugo para disfrutar del festival aprovecharon el día para salir unas horas del recinto y descubrir la ciudad, casi siempre a bordo de esas motos que causaron tantas miradas de asombro.

La séptima edición del festival se cerró este sábado, con los conciertos de The Bo Derek’s, grupo de Óscar Avendaño, el que fuera bajista de Siniestro Total; Montana Stomp, grupo con músicos de Elche y Zaragoza que hacen rock sureño, y Pölvora, una banda valenciana.

En el recinto del festival se disfrutó además de una muestra de motos singulares y de otra de bicis customizadas, así como de otra robots fabricados con material de desecho. No faltó tampoco algún puesto de artesanía.