Las familias sirias refugiadas en Lugo hace tres meses se fueron a Alemania

La falta de oportunidades laborales los llevó a tomar esa decisión en busca de mejor vida

Las tres familias sirias de refugiados llegadas a la capital lucense hace solo tres meses, entre finales de noviembre y principios de diciembre, se marcharon a Alemania en busca de una oportunidad laboral que, en principio, no encontraban en Lugo.

La asociación gallego-siria Sawt, que entró en contacto con estas familias, añade que Alemania brinda, además, una serie de facilidades a estos refugiados que no otorga, en cambio, España como, por ejemplo, la posibilidad de que los acogidos puedan sacar el carné de conducir en árabe.

Fadile Chami Ahkar, siria y vicepresidenta de la asociación Sawt, concluye, asimismo, que el programa de acogida a refugiados está "mejor organizado" en Alemania que en España, donde algunas de las familias se ven abocadas a situaciones graves de necesidad al no encontrar ningún trabajo con el que puedan sustentarse.

Estas tres familias que abandonaron Lugo llegaron procedentes del Líbano a finales de noviembre, tras huir de la situación bélica que se vive en su país. Eran los primero refugiados sirios que llegaban a la capital lucense, dentro del programa europeo de reasentamiento de refugiados, puesto en marcha por la UE en julio de 2015, y llegaron a través de la ONG Accem, que les ofreció vivienda y les gestionó la escolarización en Lugo de los niños, además de otras ayudas para su integración.

Se trataba, en uno de los casos, de un matrimonio y sus cuatro hijos: tres chicas de 20, 16 y 13 años y un niño de 8. Además, otra de las hijas del matrimonio, también de 20 años, formaba una nueva familia con su pareja y estaba entonces embarazada.

La tercera familia está integrada por tres niños de 1, 4 y 9 años y sus padres. En total, eran trece personas.

SARRIA. Aunque estas tres familias de refugiados eran las primeras que llegaban a Lugo, en Sarria ya había dos, traídas en este caso por Cruz Roja en 2016 e integradas por cuatro adultos y siete niños. Una de ellas, se trasladó a vivir a la capital lucense y la otra está pasando por dificultades de inserción laboral tras haber finalizado ya el programa de protección internacional al que estaba acogida, de año y medio de duración.