Dos familias han okupado uno de los edificios emblemáticos del casco histórico de Lugo, situado en la Praza de Ferrol y pegado a la muralla romana.
El inmueble, que en otro tiempo gozó de gran actividad al contar con diversos negocios, lleva abandonado desde hace quince años y estaba a punto de ser rehabilitado.
Según informa la TVG, los vecinos aseguran que las familias se instalaron en la vivienda hace aproximadamente un mes, a raíz de lo cual empezaron a escuchar discusiones de madrugada con fuertes gritos.
Además, una de las okupas es conocida en el entorno judicial lucense al haber sido denunciada hace algunos años por maltrato animal después de que tirase presuntamente a su perro por una ventana, ocasionándole diversas heridas.
Las familias defienden que la casa es propiedad del obispado y que tienen su permiso para residir en ella, si bien en realidad la propietaria del inmueble es una empresa constructora.
