La falta de pisos y el recelo de los caseros complica el alquiler para los estudiantes

La oferta de arrendamientos tendría que crecer al menos en 100 inmuebles para satisfacer la demanda del alumnado ► Los propietarios no quieren dejar de percibir la renta los dos meses de verano y temen los desperfectos por fiestas
Una casera anuncia su piso en el tablón de un centro universitario lucense. SEBAS SENANDE
photo_camera Una casera anuncia su piso en el tablón de un centro universitario lucense. SEBAS SENANDE

En la capital lucense faltan, por lo menos, cien pisos en alquiler para poder satisfacer la demanda de los estudiantes. Los universitarios no encuentran en toda la ciudad un lugar, no muy alejado de su centro de estudios, donde poder vivir el próximo curso. Los precios llevan tres años en auge porque la demanda de inmuebles en alquiler crece cada año y no existe en el mercado una oferta de pisos capaz de cubrirla.

Simultáneamente, el número de jóvenes, de toda España y extranjeros, que escogen el campus Terra para comenzar el próximo curso sus estudios superiores ha aumentado en un 6%. Por el momento, ya se han matriculado en grados de la USC en Lugo 914 alumnos, frente a los 861 alumnos totales de primer año que hubo el pasado curso. Hay que tener en cuenta que estos datos no son definitivos al estar aún abierto y sujeto a posibles cambios el período de matriculación de la universidad compostelana.

Jesús Viturro Piñeiro, padre de una joven compostelana que se incorpora el curso venidero al Politécnico, califica la experiencia de buscar un piso en la ciudad para su hija de "odisea". Desde mediados de julio, lleva dedicando una

Anuncios de vivendas en alquiler. SEBAS SENANADE
Anuncios de vivendas en alquiler. SEBAS SENANADE

media de cuatro horas diarias a llamar y buscar por internet sin éxito un inmueble para que vivan su hija y dos amigas. Acudió a la totalidad de las inmobiliarias de la ciudad, y todas les respondieron que, desde hace semanas, no tenían para ofrecerle ningún piso como el que sigue buscando.

La razón estructural de que en Lugo no haya pisos en alquiler obedece a varias circunstancias. La primera es que la amplia mayoría de los pisos vacíos de la ciudad no están dentro del mercado del alquiler porque sus propietarios, a veces de edad avanzada, temen que arrendarlo suponga que el piso acabe siendo destrozado por los inquilinos y, por ello, prefieren tenerlo vacío, sin rendir.

Otro motivo es que este año el mayor movimiento de personal en los organismos oficiales, desde la Xunta al Hula, ha agravado la nula disponibilidad de pisos en alquiler porque los profesionales han agotado la exigua oferta que había hasta los meses de marzo y abril, momento en el que estos funcionarios comenzaron a firmar alquileres por la inminencia de sus traslados.

También influye el cambio de tendencia actual en el tiempo que permanecen las personas en los pisos que alquilan. Ahora, las personas que viven de alquiler permanecen una media de cinco a seis años en los inmuebles por lo que no hay una rotación entre inquilinos tan grande como en años pasados.

LOS PROPIETARIOS. La realidad es que un gran número de propietarios lucenses no quieren arrendar sus pisos a estudiantes. Rechazan ejercer de caseros de estudiantes, ya sea en grupo o de forma individual, debido a motivaciones económicas o porque temen posibles desperfectos derivados de la celebración de fiestas universitarias.

Para muchos propietarios alquilar a estudiantes que se trasladan a Lugo supondría dejar de percibir durante los dos meses de verano, julio y agosto, la renta mensual. Los chicos acostumbran a comenzar a pagar una vez se incorporarán al curso y al piso en el mes de septiembre con la vuelta de las clases.

Por otro lado, hay quienes temen que la celebración de fiestas multitudinarias deteriore el estado en el que los jóvenes inquilinos devuelven el piso. La experiencia de las agencias al tratar con estudiantes es la contraria, nunca han tenido inconvenientes. Mari Dorado explica que "nunca hemos tenido ningún problema con los estudiantes. Es más, muchas veces dejan los pisos mejor que las familias por las condiciones que les imponemos en el contrato". Estas condiciones son cláusulas que obligan a los universitarios a cuidar y mantener limpio el piso alquilado. Dorado cuenta que los jóvenes con los que ha tratado siempre cumplen y respetan lo estipulado, por lo que estos temores responden más a prejuicios infundados que a la realidad.

Hay propietarios que incluso le dicen a los interesados que hasta que se reúnan y «vea cómo es la persona» no alquila el piso. Una decisión, la de arrendar un piso a una determinada persona, tomada en base a si están o no conformes con su apariencia.

DESESPERACIÓN. La intranquilidad es evidente. Mari Dorado explica que este año la cantidad de chicos que han acudido a las inmobiliarias para alquiler "se ha duplicado" hasta tal punto que "gente de otras provincias y sus familias se desplazan personalmente para venir a las inmobiliaria" cuando antes optaban por realizar por teléfono estos trámites. Esto se debe, explica, a la difícil situación que atraviesan la mayoría de los universitarios de la USC y del Politécnico que "sigue sin poder hacerse con un piso, cuando empiezan las clases el día 5 de septiembre, en menos de 15 días".

Además, las plazas que se ofertan en las cuatro residencias que existen están agotadas desde hace semanas por lo que los jóvenes no pueden optar por esta alternativa si finalmente no encuentran nada. Ante esto, reclaman que las residencias creen más plazas en próximos años.

Los precios casi se duplican
Desde 2019 los precios se han disparado en la capital lucense. Si uno antes podía encontrar fácilmente un piso de dos a tres dormitorios por 300 euros, ahora es muy difícil que bajen de 500.

Demanda por zonas
Los piso más buscados entre los estudiantes son los que se encuentran en la Aceña de Olga y Augas Férreas por su proximidad al campus, los alrededores del parque de Rosalía por estar al lado del Politécnico, el centro histórico por los servicios y comodidades que ofrece, y el barrio de San Roque con una ubicación a medio camino entre el centro y la zona donde se concentran las facultades.

Condiciones y garantías
A los estudiantes se les exige como condiciones previas a la firma del contrato un seguro de impago del alquiler y el abono de un mes de fianza que se deposita en el Instituto de Vivienda y Suelo de Galicia. Los inquilinos pagan el seguro de impago que suscriben con la aseguradora y que tiene un precio medio anual de 300 euros. Los progenitores actúan como fiadores de los estudiantes y remiten a la compañía sus nóminas y vida laboral para comprobar la viabilidad económica. Además, las aseguradoras comprueban con el número del DNI que los padres no tengan ningún tipo de deuda pendiente para poder proceder a la firma con todas las garantías.

550 euros
Es la cantidad media que cuesta en estos momentos una vivienda de alquiler en Lugo.

"En Santiago no hay vivienda, los alumnos se van a Ames o Teo"

Las inmobiliarias alertan del 'éxodo' universitario a la periferia compostelana a causa de los pisos turísticos, a los que el Concello pondrá coto con una ordenanza

Carlos Debesa EP
Carlos Debesa EP

Las inmobiliarias alerta del éxodo universitario a la periferia compostelana a causa de los pisos tuirísiticos, a los que el Concello pondrá coto con una ordenanza

¿Se imaginan un estudiante de la USC que llega a Lugo y alquila piso en Outeiro de Rei? El equivalente ya ocurre en Santiago, donde la vivienda turística ha terminado por engullir la oferta para universitarios hasta el punto de que "a día de hoy ya no tienen pisos disponibles y los estamos mandando a Cacheiras [Teo], O Milladoiro y Bertamiráns [ambos en Ames]".

Lo cuenta Carlos Debasa, presidente de la Asociación Galega de Inmobiliarias (Agalin). Lo primero que hace, antes de cualquier análisis inmobiliario, es ponerse en la piel de esta generación de educandos: "Lógicamente, la experiencia universitaria no es la misma si vives a veinte minutos de bus de la ciudad. Ya no estás en el meollo". Y es que la frase de yo estudié en Santiago ya no se ajustará del todo a la realidad para estos chicos. Tampoco para los erasmus que "están llegando esta última semana de agosto" y que también se ven desplazados al área metropolitana "¿Qué imagen se van a llevar?", lamenta Carlos. Desde luego, no la de esa ciudad universitaria de relumbrón que tanto les sedujo cuando la marcaron como destino.

Cuenta el presidente de Agalin que en sus dos décadas como administrador de fincas no ha visto nada igual. Ni él ni cualquiera que asistiese estupefacto a las concentraciones de jóvenes colapsando las puertas de las inmobiliarias de la capital gallega este verano. Y es que el fenómeno es reciente. "Más de la mitad de las viviendas que se destinaban al alquiler tradicional para familias o estudiantes han pasado al sector turístico en los últimos dos o tres años", afirma Debasa con datos que maneja de primera mano.

"QUEDARÁN 36 TURÍSTICOS". Sin embargo, el de los pisos turísticos parece haber sido un camino de ida y vuelta que, en Santiago, está cerca de tocar a su fin. "El 8 de septiembre el Concello aprobará una ordenanza por la cual solo podrán ser viviendas turísticas bajos, entreplantas y primeros. Eso significa que, cuando sea efectiva la norma, los más de 1.000 pisos turísticos que hay ahora se verán reducidos a 36, con lo que quedarán liberados más de 900", informa Carlos.

Esta esperada normativa municipal —idéntica a la aprobada en Madrid hace un año— pretende meter en vereda un asunto, el de la vivienda turística, que se ha ido descontrolando hasta comprometer seriamente el concepto de ciudad en Santiago. Y es que el problema no solo atañe a estudiantes, "sino a familias que se ven forzadas a alquilar" a 10 o 15 kilómetros por la conversión de sus antiguos hogares arrendados a pisos turísticos.

El presidente de Agalin confía, pues, en que la ordenanza ponga orden en el sector, inmerso hasta ahora en un guirigay judicial que, tras las últimas sentencias, parece inclinarse hacia el Concello. "La Xunta da licencias sectoriales, pero son los concellos los que tienen que dar las licencias de actividad, y sin estas últimas la actividad es ilegal", sintetiza Debasa, sobre la duplicidad de permisos —autonómico y municipal—. La Justicia ya dejó claro que son necesarios los dos.

HABITACIONES SUELTAS. Como apunte de ánimo para estudiantes, Debasa informa de que "no quedan pisos pero sí alguna habitación suelta". Para dar con una hay que estar atento a las stories de Instagram y preguntar a conocidos, aunque ni en el piso de un amigo se pagarán menos de "200 o 250 euros, cuando hace tres años eran 150". Y hay serias dudas de que este encarecimiento se deba a la sustitución del frío suelo de terrazo o los minimalistas muebles de pino que tanto abundan en estos pisos...

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