Fallos en el diseño y malos usos comprometen los suelos peatonales

El pavimento claro de Quiroga Ballesteros, donde el Concello también tuvo que parar un trabajo, sufre manchas como en A Mosqueira
Quiroga Ballesteros, vía peatonalizada hace poco y donde la suciedad es ya un problema. VICTORIA RODRÍGUEZ
photo_camera Quiroga Ballesteros, vía peatonalizada hace poco y donde la suciedad es ya un problema. VICTORIA RODRÍGUEZ

La falta de una guía sobre pavimentos peatonales en la ciudad –que sí existe para otros conjuntos históricos, como el de Santiago– deja a criterio de profesionales privados y públicos el diseño de los suelos de la ciudad, de forma que no siempre se acierta. Si a eso se suma el uso inadecuado de la calle que hacen algunos ciudadanos, el resultado es que espacios recién peatonalizados, o que todavía están en obras, ya tienen problemas. Y en algunos casos, la solución no parece fácil.

Si este lunes el Concello paraba los trabajos de limpieza de la muralla en A Mosqueira, que corresponden a la Xunta, a raíz de que uno de los vehículos que se utilizaban vertía aceite sobre la baldosa recién colocada, hace unos días un ingeniero municipal obligaba a detener unos trabajos de una empresa de cableado en la Rúa Quiroga Ballesteros, que también sufre manchas.

El funcionario pasaba por allí y observó que el vehículo que usaba la empresa estaba apoyado en soportes metálicos directamente sobre el suelo, sin las obligadas protecciones. El Concello detuvo los trabajos.

Esos despropósitos se repiten y el área de infraestructruras denunció ayer que un camión de la empresa que limpia la muralla cometió una nueva tropelía: aparcó un camión de gran tonelaje sobre la acera de O Vello Cárcere. Acabó acudiendo la Policía, pero el departamento de Alexandre Penas cargó las tintas en especial contra la Xunta, a la que exigió control sobre la actividad de las empresas que contrata para actuar en la ciudad.

Al final, la clave es evitar daños en las calles, en especial en las recién arregladas.

Las complicaciones del reto se pueden ver en zonas como Quiroga Ballesteros. No va ni un año del estreno de este nuevo espacio -se cumple en junio- y el pavimento ya tiene problemas serios. El mayor es la rotura de las losas de granito, en lo que pueden influir varios factores, como el gran tamaño de las piedras (1x1,25 metros), que complica su colocación. Además, pese al grosor que tienen (8 centímetros) resultan frágiles si un vehículo pesado no pisa justo en medio de ellas. El elevado tráfico de mercancías que tiene esta vía también influye.

La obra tiene una garantía de cinco años y la empresa que la hizo, Ovisa, se está ocupando de los arreglos y hará algunos cambios, como colocar tapas de fundición en los registros.

Ovisa y el área de movilidad del Concello creen que la calle también está sufriendo porque no hay control de acceso de vehículos al casco histórico –está en proceso de instalación– y hay conductores que hacen mal uso de esta vía peatonal, sostienen.

El suelo de Quiroga Ballesteros también tiene el problema de la suciedad, en parte porque no es una calle peatonal al uso, por esa presencia de los mercados, y también por su tono claro. Desde el gobierno se confía en que el control de accesos, con cámaras y matrículas, haga que los conductores sean más cuidadosos.

La mayor parte de pavimento de esta calle es gris claro. Procede de la cantera de Parga, como se indicaba en el proyecto. En este tipo de canteras, la piedra es muy clara, sobre todo a cierta profundidad, explica la arquitecta Ángeles Castro. Esta es una de las profesionales que defiende la necesidad de una guía de suelos, al estilo de la de Santiago.

El proyecto inicial de A Mosqueira también preveía un pavimento claro, en concreto, baldosas de hormigón prefabricado de color blanco. Finalmente se optó por baldosa hidráulica, con aspecto granítico, de color ocre, más cálido. Esta es la tonalidad por la que se tiende en el casco histórico de Santiago y que se usó también en la primera peatonalización de Recatelo, en Lugo.

Limpieza. La empresa que manchó A Mosqueira con aceite lo limpió este martes. En Quiroga Ballesteros, la eliminación de las manchas de suciedad, entre ellas de aceite, entra dentro de los cometidos de la empresa que limpia la ciudad, ya que el Concello no tiene a quien reclamar el daño.

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