Fallos en el ascensor de la muralla generan quejas por la accesibilidad

El aparato ya sufrió una avería nada más inaugurarse, en 2015, y este otoño algunos usuarios también alertaron de problemas
photo_camera El ascensor de la muralla. SEBAS SENANDE

El ascensor público que permite acceder al adarve de la muralla desde la parte trasera de la Diputación volvió a fallar estos días, lo que generó quejas de personas con problemas de movilidad por las dificultades para subir a caminar por el monumento. Este tiene una rampa en la puerta de Santiago, pero resulta igualmente complicada para personas que van en sillas de ruedas manuales y da acceso a una parte del paseo con más pendiente.

El Concello contactó este viernes a mediodía con la empresa de mantenimiento y cambió la pegatina que hay en el ascensor e informa del teléfono al que deben llamar los ciudadanos si sufren algún problema con el elevador. El número que figuraba, y que ya se cambió, era el de la anterior empresa de mantenimiento. La previsión era que el aparato quedara arreglado el propio viernes, ya que el contrato de atención es de 24 horas, como en cualquier otro ascensor.

Cualquier persona que detecte un problema en el elevador puede llamar directamente al teléfono que se indica, aunque al tratarse de una instalación pública no es una práctica habitual porque se considera que es una responsabilidad del Concello. De hecho, en el número que figuraba en el ascensor hasta el viernes mismo no se había recibido ningún aviso hasta que llamó personal del Concello.

El aparato tiene capacidad para 12 personas y 900 kilos de peso

Este aparato se puso en funcionamiento en 2015, tras años de disputas entre las administraciones públicas sobre cuál era el mejor emplazamiento y, sobre todo, sobre quién debía asumir el gasto. Finalmente, la Diputación cedió el terreno, la Xunta hizo la obra y ahora es el Concello quien se ocupa del mantenimiento.

El ascensor tiene capacidad para 12 personas y 900 kilos de peso y a los pocos días de su inauguración ya sufrió la primera avería, al quemarse un transformador, pero entonces todavía estaba en garantía. Este otoño volvió a haber quejas, aunque desde el Concello se advierte de que, en el caso de las que a veces se dan en el ascensor de Fontiñas, se deben a mal uso, como exceso de ocupantes.

Comentarios