El jefe de Geriatría del Hula, Fernando Veiga, falleció la pasada noche en su casa de Lugo de forma repentina mientras dormía a los 53 años. La noticia de la muerte de Veiga, un profesional muy apreciado por compañeros y pacientes, causó una fuerte impresión en la ciudad.
Natural de Hervelle (A Pontenova), Veiga fue el primer geriatra que tuvo la provincia y estuvo entre los primeros de Galicia. Alumno de Fernando Jiménez Herrero, su implicación fue decisiva para la creación de un servicio hoy básico en el hospital e imprescindible en una provincia tan envejecida como la lucense. Muestra del buen hacer de Veiga es que el de Lugo fue uno de los escasos hospitales españoles en formar a residentes en esa especialidad.
Pese a su implicación en la docencia, en el desarrollo del servicio y en la investigación, lo cierto es que la razón por la que será muy recordado por sus pacientes trasciende el ámbito profesional. Veiga era un facultativo amable y cercano, con una evidente empatía con las personas mayores y por el que muchos de sus pacientes sentían auténtica devoción. Además de ejercer en la sanidad pública, contaba con una consulta privada de elevadísima demanda, en la que era habitual encontrarlo trabajando incluso de madrugada. Solía dar su teléfono a los enfermos y les instaba a contactar con él ante cualquier duda. Estaba casado y tenía tres hijos
Fallece a los 53 años Fernando Veiga, jefe de Geriatría del Hula
Fue el primer geriatra que tuvo la provincia. Natural de A Pontenova, era un profesional muy querido por compañeros y pacientes. Su repentina muerte causa consternación en Lugo
