NECROLÓGICA

Fallece Antonio Gómez Pérez. el artífice de la CEL

Flores en un cementerio. PIXABAY
photo_camera Flores en un cementerio. PIXABAY

Debía de ser octubre de 1976 cuando comencé a mantener una relación de amistad con Antonio Gómez aunque ya nos conocíamos por nuestras respectivas familias y vecindad de calle, había entre nosotros 22 años de diferencia de edad y por tanto no teníamos una estrecha relación hasta entonces, cuando recuerdo que el me ''reclutó'' para aquellas reuniones cuasi clandestinas en la rebotica de la farmacia de Ramiro Rueda, con Paco Martínez, Enrique Rozas o Bautista Prado (su cuñado, recientemente fallecido), aquel lugar donde nació la CEL, diciéndome ''mira Jose María, van a cambiar muchas cosas en España y es necesario que los empresarios estemos presentes, que tengamos claro lo que hacer y que estemos unidos''.

La noticia del fallecimiento del empresario y querido amigo Antonio Gómez Pérez (QEPD) me llena de tristeza, al mismo tiempo que un aluvión de buenos recuerdos acuden a mi mente, porque Antonio fue una persona muy apreciada en el mundo empresarial de quien aprendí mucho en lo personal y profesional, en especial desde aquellos tiempos de la Transición 1976 en que aglutinó en torno a su personalidad y a sus convicciones a los empresarios de Lugo, pues él fue el verdadero artífice, el organizador y el ideólogo, la cabeza pensante de la CEL.

Una figura la de Antonio que agrupó a empresarios de todos los sectores en torno a la idea de que finalizada la dictadura y extinguido el sindicato vertical caminábamos hacia una democracia en la que los empresarios deberíamos de estar organizados, para evitar un vacío de representación, defender principios como la libertad de empresa, entendiendo que la libertad de emprender es un elemento imprescindible de equilibrio en una sociedad de libertades y que la economía de mercado es el marco más eficaz para generar riqueza, empleo y bienestar.

Antonio Gomez fue en esa época complicada y apasionante de la Transición quien consiguió mover a decenas de empresarios de toda la provincia constituyendo una comisión gestora el 20 de noviembre de 1976 y posteriormente en un gran acto con más de 500 asistentes en el salón de actos de la desaparecida Escuela de Comercio el 5 de junio de 1977 aprobó los estatutos de lo que primero fue la Asociación de Empresarios de la Provincia de Lugo para luego ser la CEL, y ese mismo mes de junio, Antonio participó en Madrid en representación de los empresarios de Lugo en la firma del acta fundacional de la CEOE para agrupar a todas las organizaciones de empresarios de España.

Cuando se celebran las elecciones a la CEL el 29 de diciembre de 1977, donde es elegido Álvaro Rodríguez Eiras como presidente, Antonio Gómez lo es como secretario general —conviene aclarar que yo fui elegido como uno de los vicepresidentes, no como secretario— pues lo cierto y verdad es que Antonio fue el elegido como el primer secretario que tuvo la CEL, cuestión importante pues la formación, las opiniones y los conocimientos de Antonio eran de mucho peso intelectual y tenía grandes contactos entre los principales dirigentes de CEOE, desde Carlos Ferrer, a José Antonio Segurado o a Max Mazín entre otros y era preciso que la CEL tuviese como SG a una persona muy preparada e influyente para defender los intereses empresariales de una pequeña provincia.

Antonio era un humanista cristiano, que practicaba lo que decía, que ejercía la defensa de principios y de valores que se basaban en la democracia en la organización con dirigentes elegidos y renovados en procesos electorales transparentes, defendía el diálogo con los sindicatos en épocas muy convulsas y de enfrentamiento social, y que siempre defendió la independencia de la CEL de cualquier opción política.

Quizás algún día cuando se celebren los 50 años de la CEL se decida homenajear a aquella primera junta directiva de 1977, (aunque sea a título póstumo) y en especial a la figura de Antonio GÓmez Pérez como primer secretario general y artífice de la organización.

Los empresarios de Lugo se lo deben. Hasta luego, amigo Antonio, y que Dios que fue tu guía te acoja en su seno. Gracias por tu afecto y enseñanzas.

Mi sentido pésame y cariño a Pilar, a sus hijos y a toda la familia. Abrazos. José María

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