La factura de los daños del vandalismo en Lugo sube cada año a miles de euros

El Concello reserva 100.000 euros en el nuevo contrato de parques para tareas de reparación
Reparación de bancos en el Parque. XESÚS PONTE
photo_camera Reparación de bancos en el Parque.

Lugo se gasta cada año miles de euros en pagar las facturas del vandalismo, un problema que se mantiene en el tiempo y afecta a la imagen de la ciudad.

El Concello incluye una partida de 100.000 euros en el nuevo contrato de parques y jardines para hacer frente a daños, incluidos los del vandalismo. Y no es la única partida, porque en el contrato del servicio de limpieza también hay que consignar dinero para la reparación de desperfectos.

El problema acaba por afectar a casi todos los servicios municipales. Un ejemplo de ello son las habituales salidas de los bomberos para sofocar incendios en contenedores de la basura.

Los destrozos tienen como base el vandalismo puro y duro, pero también el incivismo. Una prueba de ello son parte de los daños que se registran en los jardines.

Los elementos del Parque arreglados por sus cien años empezaron a sufrir daños nada más ejecutarse los trabajos de reparación

Entre el 3 y el 5 por ciento de las flores que se plantan cada año acaban siendo destrozadas o robadas, señalan en el Concello, y los autores de esas sustracciones no parecen tener el mismo perfil que el de los vándalos convencionales.

Así, los daños tienen muchas caras. Pero algo que sí tiene constatado el Ayuntamiento es que, en general, durante la noche se dan los peores episodios. Los destrozos más graves se producen en horario nocturno, cuando hay más sensación de impunidad y, además, alcohol y drogas influyen en el comportamiento.

Casi ningún rincón de la ciudad escapa a la acción de los vándalos, pero hay espacios en los que los daños que causan tienen más impacto. Un ejemplo es el parque Rosalía de Castro, un Bien de Interés Cultural por el que algunos pasan como si fueran Atila.

El Parque fue rehabilitado de forma integral hace una década, pero nada más acabar aquellas obras los desperfectos reaparecieron. Este año, con motivo del centenario, el Concello activó un programa de puesta a punto del emblemático recinto verde. Pues bien, a los pocos días de comenzar labores como la de pintado de los bancos, algunos de los asientos ya habían sido destrozados.

Los daños en bancos son constantes. Y salen muy caros. No se salvan los de cemento o piedra, detallan en el Ayuntamiento. De hecho, sufrieron desperfectos los instalados en la remodelada Praza da Milagrosa y también alguno de los recién colocados en la peatonalizada Quiroga Ballesteros.

undefinedAlgunos problemas derivan simplemente del incivismo. Es el caso de quienes orinan en la calle y acaban causando perjuicios al patrimonio. El caso más largamente denunciado en Lugo es el de los daños en los herrajes de la puerta de la catedral que da a Santa María, pero no es el único.

Solo el fin de semana del 11 y 12, la Policía Local denunció a cuatro jóvenes por orinar en el casco histórico, pero el problema, que se arrastra desde hace años, no acaba de desaparecer.

Impacto especial tienen las pintadas, que afectan a edificios públicos y privados. Hay un programa municipal para limpiarlas, pero, aún así, su impacto en la ciudad es evidente.