Una estancia difícil de olvidar

El turco Cenk Takim, la jordana Zeina Naser y la mexicana Yessica Hernández ya se han adaptado a la ciudad tras dos meses en la USC

Yessica Hernández, Cenk Takim y Zeina Naser. SEBAS SENANDE
photo_camera Yessica Hernández, Cenk Takim y Zeina Naser. SEBAS SENANDE

Están viviendo una experiencia que, seguro, marcará el resto de sus vidas. Es la vida del alumno Erasmus, chicos y chicas recién salidos del cascarón que completan su brillante expediente a miles de kilómetros de su hogar y que forjan su personalidad a través de nuevas vivencias, nuevas culturas y toda suerte de retos que no todo el mundo está dispuesto a experimentar.

Es el caso de Cenk Takim (Antalya, Turquía), Zeina Naser (Amman, Jordania) y de Yessica Hernández (Querétaro, México), tres jóvenes menores de 25 años que desde hace 60 días viven su día a día como un lucense más. O al menos eso intentan.

La llegada a Lugo no les dejó indiferentes. Era domingo y Cenk Takim quiso dar una vuelta para conocer la ciudad. "Estaba vacía y las tiendas cerradas. Me sorprendió mucho porque en mi ciudad, incluso los domingos, todo está abierto y vivo". Ni en Turquía, ni en México ni en Jordania existe un día a la semana en el que todo se para. "A nivel de horarios he tenido que adaptarme", reconoce la mexicana Yessica Hernández. En su caso acudió a un comercio a las dos y media de la tarde de un día laborable y se lo encontró cerrado a cal y canto. "¿Por qué no hay nadie?", se preguntó. "En México abren ininterrumpidamente y siempre hay una persona a la hora de comer". Lo mismo le pasó a la jordana Zeina Naser, que asegura que en su país, nada cierra "por la siesta".

Los tres coinciden en que Lugo es una ciudad «tranquila» que cambia radicalmente cuando cae el sol. "¡A Lugo le encanta la fiesta!", dice Yessica Hernández. "En cada esquina hay un bar". Y es que las costumbres nocturnas también han llamado la atención de los tres estudiantes. Sobre todo lo peculiar de sus horarios y rituales. "Aquí se hace una prefiesta en un piso y luego se sube al centro ya de madrugada", dice Zeina Naser. "En México acabamos la fiesta en un piso. Aquí es al revés", ironiza Yessica Hernández, una mexicana a la que no le gustaba la cerveza pero que ha sucumbido a los encantos de la Estrella Galicia. "Está buenísima", dice entre risas.

A Cenk Takim lo que le sorprende es la "energía" para aguantar toda la noche, "es una manera de entenderlo muy diferente a la nuestra". Para Zeina Naser la clave no está precisamente en la energía. "Aquí se bebe muchísimo, aunque me gusta cómo la gente se vuelve loca y disfruta de su tiempo libre", reconoce.

En cuanto a la comida, los tres han necesitado un período de adaptación aunque a Cenk Takim, enamorado de las tapas, le ha conquistado. "Me habían hablado de la expresión ir de tapas. La he vivido con amigos y es algo que me encanta". A Zeina Naser, por el contrario, le ha decepcionado un poco la gastronomía gallega. "Todo el mundo me decía que era la mejor del mundo pero creo que en Jordania todo está mucho más rico". A Yessica Hernández le costó dos semanas hacerse. "No sabía qué comprar en el supermercado", asegura.

En cuanto al clima, a Cenk Takim le recuerda mucho al de Eskisehir, una ciudad turca en la que vivió y que "huele exactamente igual que Lugo". Yessica Hernández y Zeina Naser vienen de países más cálidos y les está costando más la adaptación. La mexicana sufre pero confía en ver la nieve por primera vez en su vida. La jordana, sin embargo, se parapeta en su paraguas. "En Jordania apenas llueve".

Comentarios