El aspecto que presentan algunos embalses y ríos de la provincia, con mucha menos agua y una capa de vegetación cubriéndola en muchos tramos, ha encendido las alarmas de algunos ciudadanos, que temen por la salud de los cauces y sus ecosistemas. Sin embargo, de momento esta no se está viendo afectada, según explica el biólogo y director del Instituto de Biodiversidade Agraria y Desenvolvemento Rural (Ibader), Pablo Ramil.
El especialista incluso encuentra ventajas a que los ríos lleven poca agua. "Para algunhas especies, como a maioría de plantas acuáticas e tamén os anfibios, que baixe o nivel é fundamental porque mellora a produción de sementes e de larvas. Outra cousa é que o sedimento estivese totalmente seco, pero de momento segue húmido", señala el biólogo.
Que las láminas de agua estén cubiertas de plantas -siempre que no sean especies invasoras- tampoco es un problema, sino lo contrario, dice. "É bo que as plantas medren porque favorecen que haxa humidade no río, e iso é fundamental para conservar a fauna. Para manter un río con boa calidade non podes telo soleado, porque aumenta a temperatura da auga e redúcese a cantidade de osíxeno que hai nela e iso si é un problema para as especies que o habitan", explica. "Se lle quitásemos as plantas que medran en superficie, a luz daría directamente no sedimento e acabaríamos tendo un río seco", añade. Por eso, escenas como las de truchas saltando en claros de agua sin algas para cazar insectos no es más que una muestra de calidad del río, asegura. "O problema é que estivesen boquexando por non haber vexetación e ter falta de osíxeno", apunta.
De hecho, este verano se produjo mortandad de truchas en el Miño a su paso por la ciudad de Lugo y la Xunta concluyó que fue por la temperatura que alcanzó el agua, entre 26 y 27 grados, cuando lo habitual suelen ser 22 o 23. La desaparición de árboles de ribera que afecta a muchos tramos de ríos contribuye a ese calentamiento del agua al desaparecer el efecto sombra.
Asimismo, Ramil precisa que, en contra de la "idea que existe na poboación ibérica dende a Idade Media", la presencia de vegetación tampoco supone un problema en época de lluvia, sino que, por el contrario, amortigua la corriente "Hai cálculos feitos, e a medida que o río vai tendo auga, esta vai movendo a vexetación, e incluso se hai moito volume de auga, esa vexetación desaparece, pero mentres vai freando a riada. É normal e é bo que o río teña vexetación nesta época", asegura Ramil.
Para este especialista, el principal problema de la disminución de agua en los cauces, más allá de las dificultades de abastecimiento, es que favorece la entrada de personas, animales y hasta vehículos en los ríos. "Pisar o río é o peor, e cando hai menos auga a xente e os animais métense máis".
Un 43% menos de lluvia es la que se produjo en la cuenca del Miño-Sil desde octubre. La media del caudal circulante es un 28,3% inferior al promedio histórico, según apunta la CHMS.
Menos agua en el suelo
El colectivo ecologista Adega hace hincapié en que la reducción de agua tanto en superficie como bajo tierra no se debe solo a la disminución de precipitaciones, sino que hay otros factores, como el "excesivo" cultivo del eucalipto, una especie que absorbe mucha agua para crecer. El modelo agrícola intensivo, con zonas de monocultivos como el maíz, también contribuye a ello, apunta la presidenta de Adega en Lugo, Adela Figueroa. "O minifundio é garantía de retención de auga, cos seus valados, o seu cultivo variado...", destaca