La maleza campa a sus anchas en zonas verdes y en fincas particulares lucenses

El Ayuntamiento retomó las labores de desbroce
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photo_camera La Rúa Pontevedra

Algunas zonas verdes y fincas particulares de la capital lucense se asemejan a selvas amazónicas en las que la maleza campa a sus anchas y para adentrarse en ellas casi es preciso ir provisto de una guadaña. Es un mal que se repite primavera tras primavera, como si de una alergia estacional se tratase.

Las restricciones aparejadas al estado de alarma decretado para afrontar la pandemia del nuevo coronavirus, junto a la periódica desidia de algunos propietarios, propiciaron el irrefrenable crecimiento de esas marañas de malas hierbas.

Los ejemplos de esas estampas asilvestradas se suceden en Lugo, tanto en la ciudad como en el municipio. Los vecinos de la Rúa Pontevedra, ubicada en la conocida como zona de las Casas Baratas, advierten del peligro que entraña la maleza que desborda el cierre de un chalé que está vacío y que ya se ha adueñado de media acera. Los transeúntes tienen, por tanto, que ir sorteando el matorral.

Esta céntrica vivienda unifamiliar, sita a apenas unos 300 metros de la muralla, ya fue motivo de queja en otras ocasiones porque desconocidos arrojaban a uno de sus accesos despojos para alimentar a los gatos callejeros que se establecieron en este inmueble.

AppleMarkLos principales parques periurbanos de la capital lucense son otro ejemplo de ese estado de abandono. Es el caso del parque del Miño, en donde en los últimos días se están acometiendo labores de desbroce para adecentarlo, aunque es mucha la superficie en la que es preciso que se pase la cuchilla, como sucedió en más de una cabeza humana durante el pasado confinamiento.

Las zonas verdes del parque empresarial de As Gándaras tampoco se libran de ese descontrolado crecimiento de la maleza, que ha ganado terreno a costa de las zonas de juegos infantiles y de aparatos cardiosaludables. Pero no son solo malas las hierbas que las pueblan, también lo son los vándalos que destrozan su mobiliario.

Generated by  IJG JPEG LibraryA unos cinco kilómetros de la capital lucense está el área recreativa de Distriz, que está al lado de la vieja potabilizadora municipal del agua. Es una zona frecuentada para realizar comidas campestres y disputar pachangas de fútbol porque dispone de varias porterías, aunque estas se esconden ahora tras el matorral. Esta zona de esparcimiento se ha convertido en un vertedero incontrolado en donde se puede encontrar al lado de las mesas y bancos de piedra para comer una bañera.

El Concello de Lugo informa de que el área de medio rural ya contemplaba la limpieza de las zonas que son de propiedad municipal, pero que se ha retrasado debido a las limitaciones impuestas por el Covid-19. Ahora está acometiendo las actuaciones prioritarias.

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