Un espacio verde de Fingoi usado por perros aparece sembrado de raticida

Un animal ingirió el veneno el jueves y tuvo que ser atendido en una clínica veterinaria

Yolanda Vázquez, con raticida hallado en el parque. XESÚS PONTE
photo_camera Yolanda Vázquez, con raticida hallado en el parque. XESÚS PONTE

Al menos un perro resultó envenenado el jueves tras comer raticida en un jardín de Fingoi, una situación que provocó que el miedo se extendiera este viernes entre los propietarios que sueltan a sus animales por la zona. Yolanda Vázquez, propietaria del can intoxicado, denunció que en el parque al que baja a su mascota aparecieron bolsas de raticida, lo que supone todo un peligro, porque en la zona juegan niños, además de perros, advirtió.

La mujer relató que su perro mordió una bolsa de raticida el jueves, sobre las siete de la tarde, cuando se encontraba en la zona de parque de la calle Fernando Esquío. "Yo me di cuenta de que había unas bolsas extrañas tiradas por el suelo y mientras cogía una para ver qué era, mi perro mordisqueó otra", denunció la mujer, que dio aviso a la Policía Nacional.

Yolanda Vázquez se llevó un susto enorme y además el disgusto le salió caro, ya que tuvo que llevar a su perro al veterinario y gastarse 75 euros en un tratamiento para evitar que el veneno enfermara o matara a su mascota, relató. "Para mí, que estoy en paro, es mucho dinero", dijo la mujer.

En la ciudad hay cerca de 17.000 canes, ya tantos como niños y jóvenes menores de edad

No dudaba en señalar que alguien está echando raticida por la zona de forma intencionada para intentar alejar a los perros de allí, no porque exista un problema de ratas en la zona. Para empezar, señalaba, las bolsas de raticida estaban repartidas por la superficie, no ocultas, que es como las colocan los técnicos que realizan operaciones de desratización.

Además, los propietarios de perros ya han tenido muestras previas de que la presencia de los animales causa rechazo entre al menos parte de los vecinos. "El jardín de Ruano es un espacio del Ayuntamiento y, sin embargo, alguien ha colocado un cartel diciendo que los perros están allí prohibidos, como si aquello fuera particular", asegura la mujer.

Tras el tratamiento al que fue sometido, el perro de Yolanza Vázquez se encontraba bien, pero la mujer advertía de la necesidad de tener precaución porque apreciaba una clara intencionalidad de envenenar perros. El denunciado en Fingoi no es el primer episodio de intento de envenenamiento de mascotas en la ciudad. De hecho, periódicamente se registran denuncias de propietarios que alertan de la aparición de venenos o de comida mezclada con alfileres en espacios públicos en los que es habitual la presencia de animales domésticos.

Los afectados alertan a la Policía cada vez que se dan esas situaciones, tanto por el riesgo que existe para los animales como por el peligro de que resulten intoxicados niños.

El problema inquieta con frecuenta a los propietarios de perros, ya que en la ciudad hay cerca de 17.000 canes. De hecho, hay ya tantos perros como niños y jóvenes menores de edad.

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