Un escaparate de la industria 4.0

El Politécnico crea una cadena de producción, clasificación y almacenaje a escala ►En su construcción ha participado el alumnado y se han invertido 24.000 euros

Iago Quiroga y José Luis Blanco, detrás del sistema automatizado. VICTORIA RODRÍGUEZ
photo_camera Iago Quiroga y José Luis Blanco, detrás del sistema automatizado. VICTORIA RODRÍGUEZ

"Lo que no es real es el tamaño, el resto es exactamente igual a los equipos que se utilizan en la industria". Se refiere José Luis Blanco, docente del centro integrado de FP Politécnico, a la cadena automatizada que ha montado junto con parte del alumnado. El circuito se inicia con la alimentación de dos mitades de un cubo. El sistema las coge, las une, las transporta por una cinta y las clasifica en función del material, del color y de si están bien colocadas -si no lo están, las descarta a través de un sumidero-. A continuación, las pasa a una prensa para ajustarlas con firmeza y, posteriormente, las coloca con un brazo articulado en una zona de almacenaje que recrea las estanterías industriales. La maqueta tiene 28 posiciones en el almacén, mientras que los sistemas reales cuentan con miles, pero ha de ser así para poder montar en dos metros cuadrados una réplica de sistemas que en la vida real precisa de cientos de ellos.

En septiembre recibirán un brazo robótico de seis ejes, que cuesta 15.000 euros, para añadir nuevas fases al sistema

El sistema es, como exlica José Luis Blanco, una buena muestra de lo que supone la industria 4.0, una revolución que se está produciendo ya y que supone que los procesos industriales están digitalizados a todos los niveles, que el sistema se retroalimenta en función de la información que va recibiendo y que se puede gestionar de forma remota. Este tipo de innovación permite, entre otras cosas, que se puedan producir a gran escala y bajo coste productos cada vez más personalizados.

"Parece relativamente sencillo, pero detrás hay un montón de trabajo. Hay que tener conocimientos de electrónica, electricidad, programación, mecánica y neumática -para trabajar con equipos de aire comprimido-", cuenta Blanco.

La maqueta del Politécnico la han construido los propios alumos de los ciclos superiores de Sistemas Electrotécnicos e Automatizados y de Automatización e Robótica Industrial. "Son muy caros, así que compramos lo básico y lo montamos nosotros, entra en la práctica del aprendizaje", dice José Luis Blanco. En Alemania adquirieron toda la mecánica, que costó unos 14.000 euros y hubo que montar, y a mayores hicieron el montaje eléctrico, colocaron los autómatas, la pantalla de visualización, la cámara de visión artificial y el acceso remoto que permite manejarlo desde una tablet o teléfono móvil. Todos estos añadidos supusieron 10.000 euros a mayores. En septiembre recibirán un brazo robótico de seis ejes con el que podrán añadir la fase de expedición -que recupere los cubos y los devuelva al sistema- y cerrar así el ciclo. Cuesta 15.000 euros, pero en este caso recibirán financiación específica de la Consellería de Educación, mientras que el resto del montaje se ha sufragado gracias a la ayuda de distintos departamentos del centro.

La cadena automatizada supuso muchas horas de trabajo. José Luis Blanco destaca la implicación de Alberto Rodríguez Fernández, un técnico ya en activo que participó en una acción formativa que se desarrolló en el centro, y de Iago Quiroga López, que estudia primero de Sistemas Electrotécnicos e Automatizados y que es un verdadero apasionado, hasta el punto que ha seguido acudiendo al centro y trabajando sobre la cadena automatizada durante las vacaciones. Antes estudió hasta tercero de Ingeniería Electrónica, pero lo dejó porque era "demasiada teoría", reconoce.

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