Una enfermera de altura

La Diputación homenajeó a Elvira López Mourín, que participó en el primer vuelo sanitario, en la guerra de Marruecos, con la presentación de un libro
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photo_camera Los autores del libro sobre López Mourín. VICTORIA RODRÍGUEZ

La Diputación homenajeó a Elvira López Mourín, la enfermera de Láncara que fue pionera en muchos ámbitos a principios del siglo XX y participó en el primer vuelo sanitario, en la guerra de Marruecos. 

En el acto se presentó el libro Elvira López Mourín. Un viaje de altura, de Emilio Rubén Pego Pérez, Isidoro Rodríguez y Lourdes Bermello, y se inauguró una muestra con fotos, documentos y textos sobre esta lucense símbolo del feminismo que podrá verse hasta el sábado.

Una enfermera heroica

La historia de la lancaresa Elvira López Mourín es la de una mujer de orígenes humildes que llega a Madrid sin saber leer ni escribir y que a base de tesón, esfuerzo y una gran vocación sanitaria entra a formar parte en 1918 de la primera promoción de enfermeras profesionales de la Cruz Roja junto a otras cuatro compañeras. Pero no solo consigue este hito, sino que el 1 de noviembre de 1922 firma otra hazaña al participar, de forma voluntaria, en el primer vuelo en misión sanitaria de la aviación española, realizado durante el conflicto bélico del Rif.

Esta mujer heroica vino al mundo en el año 1893 en la parroquia lancaresa de San Martiño de Río y falleció en Madrid en 1961, sin perder nunca la conexión con su tierra natal, a la que solía regresar cada año en verano.

En la capital española fue pionera en el desarrollo de la enfermería. Tras completar su formación como miembro de aquella primera promoción de la Cruz Roja, Elvira López se presenta a unas oposiciones para enfermera militar y la destinan al hospital de Melilla, donde coincide con el médico Víctor Manuel Nogueras.

Según recuerda el investigador Miguel Ángel González Canomanuel, ambos fueron protagonistas del primer vuelo en misión sanitaria, realizado en la noche del 1 de noviembre de 1922. "Ese día hubo un ataque inesperado a la posición militar. En el campamento al que estaban evacuando a los heridos no había médicos ni sanitarios. Debido a la urgencia, el Estado Mayor decide que despeguen tres aviones para ir a buscar un equipo quirúrgico a Melilla para llevarlos a atender a los heridos", explica este médico de urgencias, experto en la aviación sanitaria.

Era un vuelo nocturno, en un avión con cabina abierta y en un conflicto bélico, con una pista de aterrizaje marcada con bidones con leña ardiendo. Elvira López se presta voluntaria, pero se encuentra con que el reglamento militar no permite a las mujeres subir a aviones de guerra. Lejos de rendirse, la lancaresa "se empeña" y aterriza junto al resto del equipo en el campamento de Dar Drius, donde se encuentra con "366 heridos y treinta y tantos muertos".

Durante toda la noche atienden sin cesar a las víctimas, en una proeza que le valió a la lancaresa multitud de reconocimientos, desde el rey y la reina hasta ministros. Esta gesta fue también el motivo por el cual Correos, a instancias de Canomanuel, editó en 2020 un sello conmemorativo del Año Internacional de las Enfermeras y las Matronas con la imagen de Elvira López Mourín.

Durante la Guerra Civil, la lancaresa permaneció trabajando en su hospital de Madrid e incluso fue sometida en 1939 a un consejo de guerra en el que quedó exonerada.