Encontrar piso en Lugo, una odisea para cada vez más gente

El acceso a una vivienda se está convirtiendo en un imposible para cada vez más gente. La subida de los alquileres y la exigencia de un mes de fianza por adelantado, un seguro de impagos y un trabajo estable complican la vida a inquilinos con menos ingresos.
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photo_camera Joel y Andrea, con su perro. SEBAS SENANDE

Lo más básico puede convertirse, en ciertas situaciones en lo más difícil. Acceder a una vivienda en alquiler está siendo, ahora mismo, bastante complicado para mileuristas, inmigrantes, estudiantes, trabajadores temporales y familias con mascotas.

Los altos precios de los alquileres —entre los 600 y los 800 euros— y las condiciones draconianas de los propietarios están obligando a algunos sectores sociales a alquilar habitaciones o compartir piso para poder pagarse un techo.

 

Leticia y Robert: "Ahora son muchos los requisitos que piden y nos lo ponen muy difícil"

Leticia y su familia. EP
Leticia y su familia. EP

Leticia y Robert tienen dos hijos. Llegaron de Uruguay hace unos meses y están viviendo en un piso que solo tiene dos habitaciones. Como son cuatro, aspiran a tener una habitación más y se pusieron manos a la obra para encontrar una vivienda un poco más amplia. Se les está haciendo cuesta arriba.

"Son muchos los requisitos que piden. Tienes que presentar un contrato de trabajo fijo, una nómina y también hacer un depósito por anticipado de un mes. Nos lo ponen muy difícil. No te dan la oportunidad de que puedas pagar un piso", dice Leticia Machado.

Esta familia pretende encontrar algo por 400 euros al mes, lo que tampoco es fácil. "Los pisos de tres habitaciones andan sobre 550 y de ahí para arriba. Llevamos ya un tiempo buscando pero todavía tengo esperanza de encontrar", dice Leticia, que se encontró también con alguna oferta por 400 euros que llevaba aparejada otros 100 del gasto de comunidad.

En esta familia, solo entra cada mes el dinero que gana la pareja de Leticia: poco más de 1.000 euros. Con ese dinero, afrontar 500 de alquiler y pagar los gastos de cuatro personas es casi imposible.

"¿De dónde sacamos para poder pagar el alquiler? Eso está pensado para familias con dos nóminas y nosotros eso no lo podemos hacer porque yo tengo que atender a dos niños y si trabajo ¿con quién los dejo?", indica Leticia. 

Andrea y Joel: "Nos costó dar con un piso donde aceptasen mascotas"

Andrea Pérez Martínez y Joel Gallart Fort son una pareja que acaba de trasladarse a Lugo desde Barcelona. Los acompaña su perro, un cachorro de seis meses de 20 kilos. Les costó encontrar un techo, principalmente por tener una mascota.

"Nos costó dar con un piso donde aceptasen mascotas. Antes de este, llamamos a unos veinte anuncios. Todos desconfiaban de que el perro causase daños en el mobiliario, pero aquí estamos", afirma Andrea.

Esta chica ya había estado hace unos años en Lugo y se encontró con los alquileres más caros. De todas formas, tuvo suerte y dio con un piso por 400 euros que encajaba en su presupuesto, de 350 a 450 euros al mes. "En todos los sitios subieron los alquileres pero lo peor para nosotros fue encontrar propietarios que aceptasen mascotas", cuenta.

Sebastián: "Como el primer mes pagas doble, prefiero compartir"

Sebastián Salgueiro. EP
Sebastián Salgueiro. EP

Sebastián Salgueiro llegó a Lugo el pasado mes de noviembre desde Uruguay. En estos dos meses, ya encontró trabajo como barista. Su DNI español le abrió las puertas al mundo laboral y también a la hora de encontrar un piso para alquilar. Sin embargo, aun así confiesa que le cuesta afrontar el gasto él solo y optó por compartir. 

"Aún no cobré mi primer sueldo. Estoy viviendo con el dinero que traje. Después de que pasen dos o tres meses, mi idea es alquilar un piso para mí solo", explica este joven uruguayo.

Para Sebastián, lo más difícil no fue encontrar sino la cantidad de dinero que hay que entregar antes de acceder a la vivienda. "Si buscas, encuentras alquileres a precio. Solo que —como piden fianza y el primer mes tienes que pagar el doble— necesitas contar por lo menos con 1.000 y pico de euros. Es solo el primer mes, pero hay que tenerlos. En mi caso, los requisitos del alquiler los cumplo solo que, por ahora, voy a compartir unos meses", manifiesta. 

Cristina: "Llamamos a catorce propietarios y todos nos dijeron que no"

Sara y Cristina, con sus dos perros. EP
Sara y Cristina, con sus dos perros. EP

Este es el tercer año en Lugo de Cristina González Alonso. Desde que llegó para hacer Veterinaria, se enfrentó siempre a la misma respuesta de muchos propietarios cuando les dice que es estudiante: un no rotundo. "Muchos propietarios se niegan a alquilar en cuanto se lo decimos. Para conseguir el piso de este curso, llamamos antes a catorce personas y todas nos dijeron que no. Al final, recurrimos a Wallapop", afirma Cristina.

Si, además, son estudiantes de Veterinaria, la situación se complica. "Relacionan estudiantes de Veterinaria con destrozos y problemas con los vecinos porque muchos tenemos mascotas", indica.

Para esta joven asturiana, los pisos en Lugo no están desorbitados ya que en su comunidad  están más caros. Sin embargo, dice que las viviendas están más deterioradas y son más antiguas.

"Los pisos de Lugo están muy viejos. Tengo amigos que se tuvieron que mudar a mitad de curso por no tener agua caliente pues el dueño no quería reparar la caldera y también porque se les caía la luz y se desprendían trozos de pared", cuenta Cristina.

Esta estudiante compartió piso con otras dos chicas hasta hace poco. Una se marchó y ahora busca a una nueva compañera, que pagaría 210 euros al mes más gastos de la vivienda

"A las dos se nos hace caro si quedamos solas pero no es fácil mudarse dado que tenemos dos perros y hay muchos propietarios que no quieren animales", dice.

Otro problema con el que se encontró Cristina en Lugo es que "los propietarios o piden todos chicos o todas chicas, incluso las mujeres parecemos más problemáticas porque dicen que somos más tiquismiquis con la limpieza y muchas veces los prefieren a ellos".

Ana Bereciartúa, presidenta de Rioplatenses: "No puedes alquilar, pero todavía es peor si eres negra o usas velo"

Alquilar una vivienda en Lugo siendo inmigrante es complicado. Muchas de estas personas se cobijan en casas de familiares viviendo hacinados hasta que encuentran su propio techo, una vez vencidos los reparos de muchos propietarios para no dejar su piso en manos de extranjeros con ingresos bajos.

"Las ayudas al alquiler se dan una vez que tienes contrato pero el problema es que no puedes alquilar porque no encuentras. Esto afecta mucho más a las personas que acaban de llegar a Lugo procedentes de otro país. Tampoco pueden acceder al seguro de impago que te exigen los propietarios porque no tienen nada que demuestre que vas a poder pagar. Es más, hay dueños de pisos que hasta piden un año por adelantado en el pago del alquiler o que el futuro inquilino les presente la vida laboral y a veces ni siquiera con esto logras finalmente acceder a una vivienda. Todo es todavía peor si eres negra o usas velo", comenta Ana Bereciartúa, presidenta de la asociación de inmigrantes Rioplatenses.

Ana Bereciartúa pide que la Xunta reactive la Bolsa de Aluguer para facilitar una vivienda a las personas con menos ingresos. También cree que la Administración autonómica debe dar más protección a los propietarios para que se animen a alquilar y no dejen las casas vacías o dedicadas al turismo.

Campaña a nivel nacional de Diaconía
La ONG Diaconía puso en marcha una campaña bajo el lema ‘No es lo que tienes, es lo que haces con lo que tienes’, dentro de su programa Vecindad Inclusiva, que pretende ayudar a buscar un techo a inmigrantes y refugiados en proceso de regularización.

Alquiler o convivencia
Diaconía ofrece a los propietarios incluir la vivienda en una bolsa de alquiler o convivencia. Pero también ofrece otros servicios de ayuda a los dueños de los pisos como asesoría jurídica y un seguimiento presencial y telefónico del estado de la vivienda alquilada.

Talleres

Además, la asociación imparte talleres de sensibilización dirigidos a las partes involucradas para favorecer la inclusión social de los inmigrantes.

 

El primer mes de alquiler está suponiendo un desembolso de 1.250 euros

Las inmobiliarias lucenses se enfrentan, día a día, al problema de encontrar vivienda en alquiler para estos sectores sociales que no encajan en el perfil de inquilino deseado por los propietarios.

"La verdad es que se están poniendo muchas trabas para alquilar. En la mayoría de los casos, los dueños de los pisos piden que los inquilinos paguen un seguro de protección de impagos, cuyo coste puede equivaler al 40% del alquiler, cuando en realidad esto debería ser a cargo del propietario. Y también quieren saber los ingresos que tienen los futuros inquilinos, para lo que solicitan sus nóminas. Al final, el primer mes le puede salir al inquilino en 1.250 euros porque tendría que pagar dos mensualidades (una, de fianza, y otra, de alquiler, generalmente sobre 500 euros) y el seguro, que ronda los 250 euros. Y ese dinero no lo tiene todo el mundo", explica Minerva López Abelleira, de la inmobiliaria Ronda.

El alquiler medio se sitúa entre los 600 y 800 euros ahora mismo en Lugo "para pisos muy básicos e incluso lejos del centro como en A Residencia, la Ronda das Mercedes, la Avenida da Coruña o Garabolos", dice Minerva López, quien añade que también los hay a 400 o 450 "pero son apartamentos pequeños, de 60 metros cuadrados, con garaje , que se alquilan muy rápido".

Esta agente inmobiliaria asegura que lo habitual ahora es que el inquilino "haga una decena de visitas y finalmente alquile lo que le costará pagar por no haber más oferta y la verdad es que los sueldos de Lugo no dan para pagar 600 euros de alquiler y los gastos de la vivienda, que son un 30% más".

Este tipo de situaciones también las constata Pablo López Prada, de Jaus Inmobiliaria. "Es el día a día. A la inmobiliaria suele venir gente extranjera que malvive hacinada en casas de otros parientes, en proceso de regularización en España y que no puede acreditar un nivel de ingresos a excepción de que presenten a un avalista. Lo peor es que, al final, está gente paga además sobreprecios", indica.

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