Las empresas torean la crisis y se vuelcan con el Banco de Alimentos

Unos artesanos donan 300 quesos tras no poder venderlos ni en la hostelería, ni en ferias, ni en tiendas
María Veiga y Miguel Garea, frente a su quesería artesanal. EP
photo_camera María Veiga y Miguel Garea, frente a su quesería artesanal. EP

La mayoría lo está pasando mal pero, aun así, las empresas lucenses están demostrando su faceta solidaria y su corresponsabilidad social aportando, en mayor o menor medida, donativos de comida al Banco de Alimentos. Esta ONG se está viendo saturada de peticiones de ayuda y, hasta hace pocos días, carecía de los víveres suficientes para poder abastecer a todos sus beneficiarios ya que a la alta demanda se sumaba el hecho de que, debido al confinamiento, no pudo llevar a cabo la habitual Operación Kilo.

La situación llegó a ser, por momentos, tan grave que incluso la portavoz del Banco de Alimentos, Amadora Núñez, se dirigió a la Subdelegación del Gobierno para que, desde allí, se diese alguna solución al problema de desabastecimiento existente. Sin embargo, en los últimos días, la nave de O Ceao se fue llenando de provisiones tras la aportación realizada por varias empresas que, pese a la crisis, se volcaron con el Banco de Alimentos aportando comida, al igual que también lo hicieron varios particulares —alguno entregó su nómina, incluso— y la Xunta, que este viernes hizo entrega de 100 toneladas de patatas del canal de distribución Mercaproximidade para repartir entre las sedes de Cáritas.

QUESOS. Entre estas iniciativas, destaca la de una pareja de veterinarios reconvertidos en queseros artesanos, María Veiga y Miguel Garea, con la firma Bisqato. Esta pequeña empresa donó 300 quesos al Banco de Alimentos por primera vez al no poder ser vendidos ni a la hostelería, ni a las tiendas especializadas, ni en ferias. "Cayó la venta de productos gourmet, la gente piensa que las tiendas están cerradas y no va. Entonces, nos juntamos con más del stock del habitual y nos pareció útil hacer este donativo. El problema es si, a partir de ahora, tenemos que replantearnos el modelo de negocio si no nos recogen la leche ni nos compran el queso", indica María.

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