"Empieza a haber casos de bullying porque se señala al que tiene covid"

Pedro Caballero, presidente de Concapa, se reunió con el obispo de Lugo
Pedro Caballero. XESÚS PONTE
photo_camera Pedro Caballero. XESÚS PONTE

Tras ser reelegido como presidente nacional de Concapa, Caballero se reunió este viernes con el obispo de Lugo. Rechaza los planes para la reforma de la ley educativa y reivindica el derecho a elegir de los padres, a la vez que muestra su inquietud por los retos educativos ante el covid.

Han puesto en cuestión que se obligue a las familias a llevar a los niños a clase este curso.
Somos responsables. Queremos que los colegios estén abiertos y los niños escolarizados. Pero como el momento de crisis sanitaria es tan serio, pedimos corresponsabilidad en la incorporación. Entendemos que la educación es obligatoria, pero hay que tener en cuenta que en muchas familias hay personas con patologías de riesgo y hay que tener sensibilidad para que esos niños no pierdan ritmo. Estamos viendo situaciones terribles, alguna de ellas en Galicia, de familias con serios riesgos de salud y no se les dan alternativas a la escolarización presencial de sus hijos. Estamos viendo ya situaciones peligrosas.

¿De qué tipo?
Vemos, por ejemplo, que se señala a familias o niños por tener covid. Empieza a haber casos de bullying por eso. Es peligroso y hay que tratar eso con mucha sensibilidad.

Hay inquietud en muchas familias, pero al final la vuelta a las aulas se ha materializado.
El inicio del curso ha sido en general caótico. Hubo una dejación de funciones que conllevó que no hubiera instrucciones a las comunidades hasta prácticamente dos días antes del inicio del curso. Ha habido mucha incertidumbre y, por la falta de información, muchas familias se planteaban si mandar a sus hijos al colegio. Al final los centros están abiertos gracias al compromiso de directores, profesores y familias, pero las dudas se han visto en hechos como que a unos días del inicio del curso hasta el 60 por ciento de las familias no habían equipado aún a los niños para volver a clase.

La presencia de Concapa se centra en los colegios concertados y se ha cuestionado que estos deban recibir fondos públicos para la adaptación a las normas covid.
El covid no pregunta dónde estudian los niños. Cuando pega, pega. Los 2.000 millones que se supone que deben llegar deben ir a las dos redes. Hay ayuntamientos que sí están haciendo esfuerzos y gastando dinero en cuestiones como limpieza e higiene, pero en general la ayuda llega a cuentagontas a la pública y no llega a la concertada. El derecho a la protección de la salud debe ser igual para todos los menores.

Llega a Lugo para ver al obispo, que es el responsable de educación de la Conferencia Episcopal, en un momento en el que tienen también diferencias con el Gobierno respecto a la nueva ley educativa.
Sí, vamos a informar de las dificultades y de la sensación de abandono, porque nos mantienen al margen y no puede haber discriminación.

Concapa está en contra del proyecto de ley del Gobierno. Concapa piensa que es un verdadero desacierto. Llevamos la friolera de nueve ampliaciones o retrasos de esa ley educativa, que además no la queremos. Ya dijimos desde un principio que es una ley que nace de la crispación y el enfrentamiento y no del consenso y del diálogo, como debería. Se quitan artículos que son los que reflejan la demanda social, que hasta el día de hoy garantizaba la libertad de los padres para poder elegir el modelo educativo y parece que a este gobierno que tenemos ahora mismo, socialprogresista o como se le quiera llamar, no les gusta que las familias tengamos esta libertad y además enfrentan a las familias de la red pública y de la red concertada. Quieren quitarnos de un plumazo la libertad de los padres para poder elegir la educación que quieren para sus hijos. Cada vez que decimos artículo 27 de la Constitución parece que le entran sudores a la izquierda que tenemos ahora mismo, aunque se trata del primer gran consenso que hubo en materia educativa.

Bueno, la ministra ya defendió que a su entender el artículo 27 no suponía un derecho a elegir un modelo educativo.
Y también dijo la ministra que nuestros hijos no eran nuestros. Pero resulta que yo tengo claro de quién son mis hijos. La clave es que en lugar de lanzar globos sonda o decir barbaridades se pongan a consensuar con toda la comunidad educativa una verdadera ley educativa que lleve a un consenso y a sacar la educación de la política, que es lo que le pedimos. Mientras la educación esté dentro de la política y nuestros políticos se estén tirando los trastos, los que tienen todas las de perder son nuestros hijos. La sanidad y la educación deberían estar fuera de la política y, por tanto, a la señora ministra yo le pediría un poco más de coherencia y un poco más diálogo con todas las familias, porque todas queremos lo mejor para nuestros hijos y todas queremos una educación de calidad. Y es curioso que diga eso la ministra cuando sus hijas han estudiado en un centro concertado. Como también es curiosísimo que la mitad del gobierno que tenemos ahora mismo sus hijos o ellos mismos han estado en la red concertada.