Ellas también van al 'gym'

Para los dueños de estos centros, entrenar en un gimnasio es el ejercicio físico y psicológico que se presenta más completo para preservar la salud de hombres y mujeres. Las rutinas de ejercicio deben estar adaptadas a la persona y a sus objetivos
Mari Carmen Fernández, propietaria desde 1996 de Lucus GIm.XESÚS PONTE
photo_camera Mari Carmen Fernández, propietaria desde 1996 de Lucus GIm.XESÚS PONTE

La mitad de los clientes del gimnasio Lucus Gim, situado en el número 35 de la Rúa Alexandre Bóveda, son mujeres. Su propietaria, Mari Carmen Fernández Díaz, cuenta que la clientela femenina es diversa y persigue objetivos distintos en función de la edad. Una chica joven busca la estética; una mujer de mediana edad sentirse bien y sana, y una señora de edad más avanzada retener la movilidad y asegurarse a través del ejercicio una vejez digna.

La propietaria cuenta que a su gimnasio acuden clientas de todas las edades, muchas de más de 70 años que, en un principio, creían que el gimnasio era un lugar "para cachas" en el que ellas no encajarían. Mari Carmen explica que el tiempo acaba por demostrarles lo irreal de tal prejuicio. "El gimnasio y el deporte es fabuloso para todo el mundo, independientemente de la edad o el género". De hecho, asegura que cualquiera, con una rutina y un plan de ejercicios adecuado, puede hacer cada uno de los ejercicios propios de una sala de máquinas.

"La gente siempre teme el no ser capaz de hacer algún ejercicio cuando estas máquinas son como las que puedes encontrar en cualquier parque público, pero mejores y con cargamentos de peso", dice la dueña de Lucus Gim, que asegura que "es más fácil entrar en una sala de pesas que hacer una paella".

BENEFICIOS. Los beneficios se cuentan por cientos. Mari Carmen recuerda el día en que una clienta llegó diciendo que creció gracias a acudir al gimnasio. La propietaria le respondió que más que crecer, lo que ocurrió es que de tanto ejercitarse se le estiraron y tensaron los músculos y, consecuentemente, no encogió.

Mujeres de todas las edades acuden a los gimnasios persiguiendo objetivos muy distintos que van desde la estética hasta la vejez digna

Mari Carmen explica que a las mujeres con la edad se les desarrolla una mayor cantidad de grasa corporal, que se les acumula en los glúteos, la barriga y las piernas. Al hacer el mínimo de ejercicio, cuenta, que las propias mujeres notan que no pueden estar como una joven, pero lo que sí pueden conseguir es envejecer más lento y acabar estando mejor con 65 años que con 30 con una vida sedentaria. "Esto es así", apunta.

Pero lo bueno no acaba aquí. Anímicamente el deporte es fundamental. "Siempre se van mejor de lo que llegaron. Día a día, lo que cuesta es ponerse: salir del trabajo, ir hasta el gimnasio y cambiarse. Una vez ya estás ahí, en la sala de máquinas, todo es coser y cantar".

"Cuando me llega una de tantas clientas diciendo que no le apetece nada, que hoy no quiere ejercitarse, le digo que se ponga aunque sea cinco minutos, y después se vaya", explica la propietaria de Lucus Gim, que añade que "todas acaban quedándose y saliendo encantadas. Me han dado muchas veces las gracias por animarlas porque siempre surte efecto". Dice que las mujeres, en vez de dejar de comer con dietas imposibles que cogen de las redes sociales, solucionan mucho mejor la pérdida de peso acudiendo a un gimnasio y llevando a cabo una alimentación sana para tener unos músculos tonificados y una buena salud. Además, afirma que siempre se aprovecha para desconectar de jefes, hijos, maridos, madres y suegras. "Es algo muy necesario para las mujeres porque trabajamos el doble; lo hacemos dentro y fuera de casa".

Una rutina de ejercicio personal

El modus operandi de Mari Carmen, cuando un cliente llega a su gimnasio por primera vez, funciona de forma que mientras que le enseña las instalaciones le va tanteando para así poder crearle una rutina de ejercicio que sea lo más asequible y beneficiosa para la persona y sus objetivos.

Después trata de emparejar a dos personas afines para que se ejerciten juntas porque, afirma, es una forma buenísima de entrenar: tira uno del otro. Ella confiesa que, personalmente, tiene mucha afinidad con las mujeres porque sabe qué es lo que quieren a los 25, a los 30 y a los 50 años porque antes lo quiso también ella y eso le lleva a empatizar más.

Deporte sin género
En Lucus Gim van todos, hombres y mujeres, de la mano a la hora de entrenar. "Trabajo en general y para que todo el mundo que acuda a mi gimnasio mantenga la salud", afirma la Mari Carmen.

Un gasto fundamental
Sobre el gasto que genera para el usuario un gimnasio, la propietaria expone que tiene que verse como una factura más. Para explicarlo dibuja una comparación bastante parecida a la realidad, en la que uno se preocupa por el mantenimiento de su coche pese al gasto que supone. Asegura que ve menos reticencias en ir a pasarle la revisión al coche que en ir a un gimnasio a hacer ejercicio, cuando es el mantenimiento fundamental para nuestro único cuerpo.