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El último San Froilán en el Catro Rúas de A Milagrosa

Gumersindo Neira y José López se jubilarán y dejarán en diciembre la mítica pulpería del barrio de A Milagrosa después de 31 años
Gumersindo Neira (izquierda) y José López en su Pulpería Catro Rúas, en A Milagrosa
photo_camera Gumersindo Neira (izquierda) y José López en su Pulpería Catro Rúas, en A Milagrosa

Gumersindo Neira López y José López Fernández servirán el próximo San Froilán las últimas raciones de pulpo. Y es que después de 31 años dejarán de regentar la mítica Pulpería Catro Rúas, dejando atrás más de tres décadas de experiencias y servicio a los vecinos de A Milagrosa, un barrio en el que es muy difícil encontrar a alguien que no se haya tomado un vino, un café o un refresco con una tapa en el tradicional establecimiento. 

Gumersindo Neira y José López tienen previsto dar por finalizada su vida laboral en diciembre, coincidiendo con las tradicionales vacaciones del local en las Navidades. Los dos hombres, familiares y, sobre todo, amigos, han compartido muchas experiencias en la pulpería a lo largo de todos estos años, desde que un 28 de diciembre de 1985 el Catro Rúas abrió sus puertas al público por primera vez, pero "todas buenas", destacan los dos socios. "Desde que abrimos el negocio, todo fue subir para arriba, trabajar y trabajar", cuentan, "y se sigue trabajando todavía mucho" en la Pulpería Catro Rúas. 

Y es que a día de hoy son dos familias trabajando en el local, además de seis empleados más. "Los clientes llevan con nosotros toda la vida, son nuestra familia", indican Gumersindo Neira y José López, emocionados por el adiós a su trabajo en un local que tantos años dio vida al barrio lucense, y que ahora confían traspasar. Y es que el Catro Rúas "es el Zara de A Milagrosa", asegura Montse Neira, hija de Gumersindo Neira. "Cuando cierran por vacaciones, los hosteleros cercanos les dicen: ‘¿Cuándo abrís? Esto está muerto sin vosotros’", añade. 

"Aunque le tocara la lotería mi padre seguiría trabajando", Montse Neira

Los dos creen que su marcha va a tener mucha repercusión en la zona, aunque confían en traspasar el local y que la pulpería siga dando vida al barrio muchos años más. Gumersindo Neira confiesa que están muy afectados por tener que dejar el local después de 31 años. "Sé que seguiré viendo a los vecinos, a los clientes, pero va a faltar esa cosa del bar", indica. "Yo por mí tiraba otra temporadita, porque soy muy feliz en la pulpería, me gusta estar con la gente", añade este lucense. Su hija lo corrobora. "Aunque le tocara la lotería mi padre seguiría trabajando", afirma Montse Neira. 

Y es que después de tantos años, los clientes han visto crecer a la familia de estos dos vecinos de A Milagrosa y desprenderse de algo que te ha acompañado tanto tiempo cuesta. 

Así, a partir de diciembre, la mítica pulpería de A Milagrosa se pondrá a la venta, en alquiler o en alquiler con opción a compra. Están abiertos a cualquier opción. Solo piden que la persona que se quede con Catro Rúas "sea una persona que quiera el negocio y que le dé vida".

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