El robo de un bolso lleva hasta un posible caso de tráfico de armas

Una meticulosa investigación iniciada por un simple tirón para robar un bolso ha llevado a la Policía Nacional tras la pista de tres peligrosos delincuentes que pueden estar implicados en delitos de mucha mayor entidad e incluso en el tráfico de armas. De momento, los agentes ya han conseguido decomisar tres de ellas y creen que las pruebas conseguidas podrían ayudar a esclarecer otros delitos.

La historia comienza hace unos diez días, en la esquina entre la calle Rof Codina y As Fontiñas. Una mujer que caminaba por la acera sufrió un tirón por parte de un hombre, que escapó corriendo con el bolso y se metió en un coche que lo estaba esperando. Un testigo, sin embargo, pudo ver el vehículo y dar los datos a la Policía.

Se trataba de un coche cuya propietaria era una vecina de Lugo, aunque los agentes pudieron comprobar que estaba siendo usado habitualmente por su pareja. De hecho, pese a que fue detenida, esta mujer quedó este jueves en libertad, con imputaciones, tras declarar en el juzgado, por lo que todo apunta a que su papel en la trama es muy accesorio.

El vehículo reapareció en la noche del domingo al lunes junto a la puerta de un taller de Lugo. Había sido trasladado hasta allí por una grúa tras sufrir el reventón de una rueda. Pocas horas después se presentaron en el taller, que todavía no había empezado a reparar el vehículo, varios agentes de Policía. En el maletero, escondidas entre prendas de ropa, encontraron tres armas cortas, entre ellas un revólver del 38 y una pistola Beretta, en perfecto uso y cargadas.

Según pudo saber este diario de fuentes cercanas a la investigación, la grúa habría sido contratada por el novio de la propietaria del coche, que resultó ser un delincuente habitual y bastante peligroso con varias condenas a su espalda. Esa noche estaba acompañado por dos cómplices, al igual que él delincuentes relacionados en el pasado con robos con fuerza, tráfico de drogas, asaltos, detenciones ilegales y otros hechos. Uno de ellos podría estar relacionado incluso con una muerte por homicidio.

No había sido, además, muy discretos esa noche: la Policía Nacional pudo localizar a testigos que los habían visto de fiesta y especialmente alegres, con síntomas de hallarse bajo los efectos de las drogas y el alcohol. A uno de ellos, al parecer, hasta le llegaron a enseñar una pistola y le ofrecieron vendérsela.

Los investigadores tratan de determinar ahora no solo si las pistolas han sido usadas para cometer algún delito, sino si los tres sospechosos se dedicaban a traficar con armas y a qué compradores irían destinadas. En el coche también se hallaron otras pruebas que podrían relacionarlos con otros delitos.