Los pisos caros multiplican por 20 el precio de los baratos en Lugo

La vivienda seminueva en buen estado y la usada barata para reformar concentran el grueso de la demanda actual ► Los agentes inmobiliarios coinciden en que hay un gran interés por la obra nueva, pero ya no se vende en plano
Ejemplo de uno de los piso de la zonar sur de 80 metros cuadrados por 50.000 euros, en García Bernal
photo_camera Ejemplo de uno de los piso de la zonar sur de 80 metros cuadrados por 50.000 euros, en García Bernal

La diferencia de precio entre el más barato y el más caro de los pisos que se encuentran a la venta en Lugo es de veinte veces. Curiosamente –y a diferencia de otras ciudades, donde la ubicación lo es todo y cruzar una calle supone sumar o restar automáticamente varios miles de euros al metro cuadrado– aquí la zona es importante, pero no decisiva. En un lugar en el que el interés por la rehabilitación es reciente, todavía es muy posible encontrar pisos muy céntricos a buen precio. 

La más barata de las viviendas a la venta –un piso en Garabolos por 30.000 euros– se encuentra en una zona considerada económica, pero hay que tener en cuenta que por 10.000 más se puede adquirir un piso en pleno casco histórico, en la Rúa Nova, de 4 dormitorios, y 100 metros cuadrados. Pisos así se buscan para rehabilitar, según admite Miguel Crecente, uno de los socios de Inmobiliaria Norte, donde en el otro extremo se puede encontrar un chalé de 325 metros cuadrados en la zona sur de la ciudad que se encuentra a la venta por 600.000 euros. 

Esos dos ejemplos muestran no solo la horquilla de precios en la que se mueve el mercado inmobiliario lucense, sino que también dan fe de las viviendas que suponen el grueso del mercado actual, de lo que interesa a los compradores: pisos céntricos y baratos para reformar y vivienda seminueva en buen estado, especialmente si es amplia.

"El comprador que quiere reformar busca piso en el centro y aprieta el precio para que le salga más económico e invertir más en la reforma", Jaime Villareal, gerente de Inmobiliaria Acrópole

"El comprador que quiere reformar busca piso en el centro, que tiene más encanto para vivir. Quiere luz y quiere metros y aprieta el precio para que le salga lo más económico posible y poder invertir más en la reforma", dice Jaime Villareal, gerente de Inmobiliaria Acrópole. 

Los agentes inmobiliarios coindicen sin excepción en cuáles son las zonas más demandadas, y en consecuencia con una superficie más cara, y aquellas en las que se pueden todavía encontrar buenos precios. El metro cuadrado más gravoso está, como en cada ciudad, en el centro, pero el centro se concibe aquí de forma laxa. Pese a la barrera natural de la muralla, para algunos el centro incluye también toda la Ronda, el Parque y la parte más inmediata de Ramón Ferreiro. Como en intramuros, la oferta es escasa y la gran mayoría de pisos carecen de alguno de los servicios considerados básicos (fundamentalmente ascensor y garaje, suele faltar alguno y en muchos casos, ambos), pero el Parque es para muchos la zona con más tirón. 

Las zonas más económicas son Garabolos, Abella y O Castiñeiro, A Residencia (donde ha bajado en picado el precio de venta y el del alquiler desde la apertura del Hula) y Camiño Real. Pese a todo, se puede encontrar vivienda barata para arreglar salpicada por casi toda la ciudad. 

OBRA NUEVA. Otro punto en lo que hay unanimidad es en la demanda de obra nueva. "Hay mucho interés por la vivienda nueva. Cualquier promoción que se ponga en marcha se venderá bien", admite Javier López Jato, director gerente de Inmobiliaria Futura. Ese tirón no es extraño, los pisos a estrenar siempre han conciliado interés, pero sí la forma de comprarlos. "Sobre plano es muy difícil vender", señala Diego Pozo, director de Pisofácil. 

"A medida que la obra está más avanzada se percibe más interés", admite el promotor Richard Dorado, que tiene en marcha una promoción en Sanfiz de 28 viviendas de las que ya se han vendido 12. En esa obra, las divisiones ya están hechas y queda un año para entregar los pisos. 

Los agentes inmobiliarios aseguran que el cliente está escaldado de experiencias propias y ajenas y quiere asegurarse de que la obra se termina. Dorado no percibe desconfianza, pero sí interés por comprobar la forma que va tomando el edificio antes de comprar.

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