El padre del agresor sexual dice que la Policía no lo llamó para entregarlo

Contradice la versión de la comisaría, que dijo que en lugar de detenerlo se avisó al progenitor ►Declara que su hijo nunca le había dicho que tuviera "impulsos" de atacar a mujeres

El padre del joven encarcelado como supuesto autor de una decena de agresiones sexuales en Lugo declaró este martes como testigo en el juzgado de instrucción 3. Ante el juez Sergio Orduña, el testigo aseguró que acompañó a su hijo a comisaría para que se entregase de manera voluntaria después de que este le llamara para alertarle de que «perseguía a mujeres», pero que en ningún momento recibió llamada alguna de la Policía Nacional avisándole de lo que había pasado para que lo entregara.

Este testimonio choca frontalmente con el ofrecido por la comisaría. Según consta en los documentos aportados en el sumario, los agentes no detuvieron a Pablo G.A. pese a que estaba identificado como el principal sospechoso de una violación, porque conocían al padre, expolicía, y prefirieron llamar a este para que se presentase con su hijo en la comisaría.

Se trata de un aspecto de gran relevancia, ya que si finalmente se concluye que no hubo requerimiento policial, el hecho de que se entregase voluntariamente supondría una circunstancia atenuante que podría significar una importante rebaja en una hipotética condena.

El 4 de noviembre de 2015, la Policía recogió la denuncia de una mujer que aseguraba que había sido violada vaginal y analmente por un hombre, del que aportó la descripción. Un vecino que acudió a los gritos de la mujer en la calle aportó mucho más: la descripción y la matrícula de vehículo en el que había huido el presunto violador. La Policía pudo comprobar así que se trataba de Pablo G.A., del que hacía meses que tenían datos que lo situaban como el posible autor de una decena de agresiones sexuales que se habían producido en la ciudad desde 2013.

NO CAUSAR ESCÁNDALO. Pese a ello, según explicó la propia comisaría a requerimiento del juez, se decidió no detenerlo para no causar un escándalo que afectase al establecimiento de hostelería que regentaba el padre, expolicía. En su lugar, siempre según la versión policial, un agente llamó al progenitor para decirle que lo estaban buscando y que lo acompañase a comisaría.

Efectivamente, ese mismo día 4 se personaron en las dependencias policiales, aunque el padre asegura que fue por iniciativa propia y porque su propio hijo se lo pidió, pero sin que ningún policía les llamase.

Según su declaración de este martes, su hijo lo llamó ese día para decirle «que estaba muy mal, que tenía impulsos, que había ido varias veces al médico y que no le hacían caso y que se encontraba muy mal». Añadió que «perseguía a mujeres, aunque no se acordaba si había tenido alguna historia con alguna mujer». También, siempre dentro de un estado grave de nerviosismo, dijo que «cuando veía a una mujer, iba detrás de ella».

Su hijo insistía en que estaba «muy mal» y en que lo llevase a comisaría», pese a que él, ante su estado de nerviosismo, le ofrecía llevarlo hasta el hospital: «Decía que pudiera haber hecho algo, que no era consciente y que quería ir a comisaría, pero no explicó nada más». Ante esta situación, prosigue el padre, llamó a su hija y a su yerno para que los acompañasen hasta las dependencias policiales, siempre por voluntad propia.

Pese a que todo apunta a que su hijo venía sufriendo estos «impulsos» desde hacía años, tal y como el joven había comunicado antes a su médico, el padre declaró que aquel día fue la primera vez que su hijo le comentó algo a ese respecto. Hasta entonces, indicó, solo sabía que podía tener algún problema con el juego y la bebida.

La versión del padre fue corroborada ayer también por el cuñado del sospechoso, que los acompañó a comisaría. Este, no obstante, no sabía de qué se trataba ni oyó nada antes.

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