El Museo de Viladonga recupera el patrimonio inmaterial del castro

Un equipo realizó entrevistas para recabar testimonios de la tradición oral. Se publicarán este año en la revista Croa
Ana Rubiero, en una entrevista con uno de los participantes en el proyecto
photo_camera Ana Rubiero, en una entrevista con uno de los participantes en el proyecto

Un equipo de trabajadores del Museo Arqueolóxico do Castro de Viladonga impulsa un proyecto para recuperar el patrimonio inmaterial del yacimiento chairego, con el objetivo de conservar la tradición oral y las leyendas e historias que se contaron durante décadas acerca de un castro que despertó muchas curiosidades e incluso algún miedo.

El equipo, coordinado por la técnico Ana Rubiero, en colaboración con Carolina Pérez y Gloria Abelleira, realizó a lo largo de este año alrededor de una docena de entrevistas con mayores de la zona y de otros municipios limítrofes para recabar información oral.

"Es fundamental. Se trata de recuperar algo que se está perdiendo. Y es importante el estudio del contexto patrimonial, porque el castro no es algo aislado", indica la directora del museo, Elena Varela, que recuerda que hay un trabajo previo de la década de los 70 que inició el historiador Felipe Senén López con vecinos de zonas limítrofes. En aquella época se recuperaron leyendas como las de las ‘Trabes de Ouro’, enterradas en la cueva o la del torques que encontró una vaca.

"Sempre tiven ganas de retomar ese traballo. Probablemente xa haxa cousas que non poidamos recuperar, pero intentaremos que non se perdan máis", explica la promotora de esta iniciativa, Ana Rubiero.

INVESTIGACIÓN. El primer paso del equipo de técnicos de Viladonga fue un barrido en el servicio de arqueología de la Xunta para recuperar todo el material de tradición oral que había sobre el castro. Después iniciaron las entrevistas, que se irán publicando este año en la revista Croa de Amigos do Museo do Castro de Viladonga.

"Ademais de lendas, cóntanche romances, coplas, adiviñas, anécdotas... Hai cousas moi interesantes. O castro marcou moito á xente da zona pero o contacto ás veces non é fácil para localizar testimonios", dice la impulsora de este proyecto, que avanza algunas conversaciones acerca del terror de algunos por subir a la croa. A Lola Teijeiro, una vecina de Duarría de 61 años, su abuela no le dejaba ir porque había "encantamentos" y a Julio Pita, de Santa Locaia, su madre se lo prohibía porque "había un culebrón branco con ás".

"O obxectivo é publicar toda esta información e incluso chegar máis alá. Gustaríame facer unha pequena exposición que involucre a toda esa xente para que vexan que a súa colaboración dá froitos, que ten unha finalidade", dice Rubiero, y resume otras historias como la de la cueva que se localiza a la entrada del castro, a la que si te acercabas "escoitabas piar á galiña e aos pitiños de ouro" o la de los "mouros que levaban beber os cabalos á fonte de Couto de Á por un túnel que conducía á fonte", un manatial que tiene su propia leyenda, de una ‘moura’ convertida en sardina.

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