El Magrama traslada a la Xunta la decisión sobre el dique del río Miño

Dice que es el órgano competente al ser una obra para producir electricidad ► Los trabajos llevan tres meses parados
Dique provisional construido en el Miño
photo_camera Dique provisional construido en el Miño

La decisión sobre el dique provisional construido en el río Miño por la empresa Inca para desviar agua y así poder rehabilitar el caneiro y ampliar la capacidad de producción eléctrica de la antigua fábrica de la luz amenaza con seguir demorándose porque la Subdirección General de Evaluación Ambiental del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente ha dictaminado que debe ser la Xunta quien evalúe el impacto ambiental de los trabajos.

Según la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil, Inca construyó el dique unos 150 metros más arriba de la zona donde fue autorizado, razón por la que ordenó parar la obra, que provocó una gran contestación ciudadana. La empresa sostiene que la Confederación interpretó mal los planos y que, pese a que fue informada del día y el lugar donde iba a empezar los trabajos, no intervino hasta días después, al ver el revuelo social que se produjo. Inca sostiene que, para ejecutar la obra de la fábrica de la luz, solo podía hacer el dique en el lugar en el que lo hizo, por lo que presentó documentación a la Confederación, que esta a su vez remitió al ministerio, para poder continuar con los trabajos. Se trata, según el lenguaje de la Confederación, de "un expediente de autorización de modificación de las obras previstas", pero el ministerio sostiene que la evaluación ambiental de esa modificación compete a la Xunta porque la finalidad última de los trabajos la producción eléctrica "y en consecuencia el órgano sustantivo pertenece a la administración autonómica".

El Concello baraja reunirse con la Confederación para intentar desatascar los trabajos y retirar cuanto antes el dique

A la vez, la Subdirección General de Evaluación Ambiental informa de que ha dado traslado a la secretaría general técnica del ministerio "las peticiones relativas a la revisión de la declaración de impacto ambiental".

El ministerio informó de todo esto a la Confederación Hidrográfica, que a su vez remitió la respuesta al Concello. La antigua fábrica de la luz y el caneiro son propiedad municipal, pero han sido otorgadas en concesión a Inca para su rehabilitación y aprovechamiento hidroeléctrico, a cambio de un canon.

El concejal de medio ambiente, Daniel Piñeiro, analizará la situación con los técnicos municipales el lunes. No descarta pedir una entrevista con la Confederación para intentar desatascar las obras, que llevan tres meses paradas, y así poder retirar el dique cuanto antes. Aunque para retomar los trabajos también es imprescindible que baje el nivel del río.

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