El increíble tejado volador de Cortapezas

Las fuertes rachas arrancaron chapas del nuevo auditorio de Lugo y causaron daños en tejados que obligaron a continuas salidas de los bomberos
El tejado volador de Cortapezas (Portomarín)
photo_camera El tejado volador de Cortapezas (Portomarín)

"Fue un milagro que no ocurriese nada, con más de 1.000 kilos volando por los aires", señala José, que tiene una casa en la aldea de Cortapezas, en el municipio de Portomarín, donde la estructura que cubría una palleira salió despedida en la noche del jueves al viermes, el primer día del temporal. Se trata de un tejado de chapa, con varias vigas de hierro, que fue arrancado de cuajo y de una pieza por la fuerza del viento. En vez de caer, salió volando por los aires, atravesando un lateral del pueblo y, por tanto, sobrevolando varias viviendas, alguna de ellas habitada.

En concreto, en la casa de José, el tejado pasó rozando la chimenea y golpeó la antena de televisión, que quedó inclinada. Después, cuando se fue acercando ya al suelo, segó por el tronco dos pequeños árboles, antes de caer en un desnivel inmediato a la aldea, ante la sorpresa de los vecinos que vieron el estropicio a la mañana siguiente. El tejado seguía durante el fin de semana en el fondo del prado porque no había sido posible retirarlo. Quedó dado la vuelta y los tornillos, al estar por arriba, quedaron del lado del suelo de tal forma que son inaccesibles.

DAÑOS EN EL AUDITORIO DE LUGO. Hasta el nuevo, lustroso y, de momento inutilizable, Auditorio de Lugo se vio afectado por las intensísimas ráfagas de viento de los últimos días. Los bomberos tuvieron que movilizarse ayer por el desprendimiento de varias planchas de un lateral del edificio y la amenaza de que podría estar levantándose la cubierta de una parte del tejado.

Los daños, al final, fueron menores y los bomberos controlaron la situación. El delegado de la Xunta, José Manuel Balseiro, indicó que técnicos de la Xunta visitaron ayer la obra con responsables de la empresa constructora y se dio ya la orden de que hoy se reparen los daños causados por el temporal, que calificó de escasos. El agua, dijo, no entró al edificio.

Los daños, sin embargo, eran una prueba más de la fuerza con la que el viento ha castigado a Lugo. Una de las planchas que salió volando del auditorio impactó con una boca de riego y la reventó, contaban ayer miembros de los servicios de seguridad del Ayuntamiento. "Si llega a alcanzar a una persona, la mata", decían sin albergar la más mínima duda.

El despliegue en el nuevo auditorio solo fue una de las muchas alertas que debieron atender los bomberos de Lugo, que, por ejemplo, tuvieron también que acudir a la calle Montirón para asegurar el tejado de una casa dañado igualmente por el viento.

Durante la noche del sábado al domingo, los efectivos municipales tuvieron que acudir, por ejemplo, al 67 de la calle Margarida, donde el valllado de un solar amenazaba con desprenderse, al 85 de la Ronda Fingoi, donde se produjeron filtraciones de agua en el sótano, o al 9 de Montero Ríos, donde amenazaba con desprenderse la cubierta del patio de luces del inmueble.

En el parque de bomberos reconocían el domingo que estaban trabajando al límite. Con todo, se optó por no hacer refuerzos y respetar los turnos de descanso. "El trabajo es continuo, pero hay que dosificar, porque no sabemos lo que puede venir los próximos días y hay que dejar que la gente descanse un mínimo", explicaba un representante del cuerpo.

El nivel de estrés fue muy superior el sábado, cuando el volumen de trabajo obligó a movilizar a cuatro bomberos a mayores de los que estaban de turno. El viernes también hubo que suspender descansos.

Con todo, el domingo se contabilizaban en torno a una treintena de avisos por situaciones de emergencias provocadas por el duro temporal, y eso que por la tarde remitió.

La enorme actividad de los bomberos de los últimos días, trabajando de forma casi constante en tejados dañados da idea de que las empresas que se dedican al arreglo de tejados van a estar muy ocupadas los próximos días, ya que las goteras se han convertido en un problema serio para muchos lucenses que han sufrido en sus casas lo peor del temporal Kurt.

Para la ciudad, la única contrapartida del temporal es que ha empezado a subir el nivel del río. El nivel del agua había crecido en medio metro respecto al sábado.

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