El Hula ofrece a los pacientes renales la hemodiálisis portátil

Un enfermo lleva desde enero utilizando el equipo en su casa, mientras que otra se está formando para poder hacerlo. Se distribuirán tantas máquinas como pacientes opten por este sistema pero solo se aconseja a los concienciados con el autocuidado
Hemodiálisis
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Los pacientes de Nefrología del Hula cuentan con la opción de la hemodiálisis portátil desde este año. Por el momento, solo dos han recurrido a ella: un paciente que la estrenó en enero, siendo en ese momento el primero de Galicia que contaba con este sistema, y muy pronto, la segunda, que se está formando en el hospital lucense para saber utilizar el equipo en casa.

La máquina es, al lado de una de hemodiálisis convencional, pequeña y perfectamente transportable, lo que permite viajar con ella, llevarla a otra residencia e instalarla en cualquier lugar que cuente con suministro eléctrico. Y esa es la principal diferencia con la anterior opción de hemodiálisis domiciliaria, que suponía la colocación en casa de un equipo como el del hospital, de gran tamaño e imposible de llevar a un sitio a otro. Son excepcionales los casos de pacientes que optaban entonces por una opción así.

Jesús Calviño, jefe del servicio, explica que no existe un número determinado de equipos de hemodiálisis portátil por área, sino que se entregan bajo demanda, de forma que se repartirán tantos como pacientes lo soliciten. Sin embargo, también puntualiza que solo se recomienda a los «motivados, con estado general conservado, con deseo de independencia, concienciados con el autocuidado y con gran responsabilidad sobre su enfermedad».

Cuando un enfermo tiene una patología renal terminal (es decir, rus riñones no son capaces de cumplir por si solos con la tarea de filtrar los residuos que produce el organismo) en una consulta conjunta de enfermera y nefrólogo se le plantean las distintas opciones que tiene: trasplante o diálisis, ya sea hospitalaria o domiciliaria. En este último caso, puede recurrir a la peritoneal (en la que se utiliza el peritoneo como filtro) o, ahora, a la hemodiálisis portátil.

La peritoneal ya permitía a los enfermos renales viajar o mantener una vida laboral activa, sin necesidad de pasar cuatro horas al día en el hospital para ser dializado. También exige una gran implicación del paciente y, si se opta por la automatizada -en la que una máquina introduce la solución de diálisis en la cavidad peritoneal- el paciente no tiene que hacerlo manualmente.

El doctor Calviño admite que, a la hora del aprendizaje, la peritoneal puede parecerle al paciente la más segura. Sin embargo, algunos enfermos no quieren o no pueden contar con un cateter permanente en el abdomen. Otros, sin embargo, lo que no admiten es tener que someterse diariamente a la visión de la sangre saliendo para ser depurada.

«La decisión ha de ser del paciente. La hemodiálisis domiciliaria es una técnica que exige una motivación excepcional del paciente. En algunos casos, el paciente quizás quiera hacerlo pero no pueda: porque vive solo, en un sitio lejano, porque tiene mala visión, por miedo...», señala. Aunque la mayoría de enfermos renales que deben dializarse son hombres mayores, Nefrología del Hula también tiene pacientes jóvenes, que, de partida, parecen estar en mejores condiciones para hacerse cargo de un sistema así. «Sin embargo, no tiene que ser así necesariamente. Puedes tener un paciente muy concienciado pero que no puede soportar un pinchazo, por ejemplo», explica.

A aquellos a los que considerar su condición de dializados les cuesta un mundo o que no se ven capaces de asumir ese grado de responsabilidad sobre sus propios cuidados se les recomienda la diálisis en el hospital o en la clínica concertada. Lo mismo ocurre con los pacientes que sufren de otras complicaciones de salud añadidas. La diferencia entre una y otra opción no solo radica en el lugar en el que se aplica, sino que este determina también la periodicidad y, por tanto, la duración. En el hospital, las sesiones son tres veces por semana y cuatro horas cada una. En casa, son todos los días, entre hora y media o dos horas.

Aunque el cómputo general es idéntico -doce horas semanales- el hecho de que sea más fraccionada la domiciliaria ayuda a mejorar la tolerancia, suele ser más descansada y se integra mejor en la vida cotidiana del enfermo. Es, además, igual de eficaz.

El Hula es el hospital de referencia para la diálisis peritoneal en la provincia. Es el centro en el que forma a los pacientes para comenzar a hacerla si optan por esa opción y donde se les hace el seguimiento. En el caso de la hospitalaria, atiende a los pacientes de la zona centro y sur de la provincia.

En la actualidad, unos cuarenta pacientes se realizan en casa la diálisis peritoneal, sin que el servicio haya registrado renuncia alguna. «Si el paciente elige él mismo, de forma informada y consciente, cuál es la mejor forma de diálisis para él, no se producen abandonos», explica el jefe de Nefrología del Hula.

En casa Se aconseja a quienes asumen una gran responsabilidad sobre su enfermedad» Periodicidad Las sesiones en el hospital son 3 días a la semana, 4 horas; en casa, diarias y 2 horas» Opciones La decisión de hacer la diálisis hospitalaria o domiciliara ha de ser del propio paciente» Cambios Si el paciente es el que elige, de forma informada y consciente, no se producen abandonos»

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