La cardióloga especialista en Electrofisiología Juliana Elices colocó recientemente el primer desfibrilador sin cables dentro del corazón que se implanta en Lugo. El paciente intervenido fue un hombre joven con síndrome de Brugada, una enfermedad hereditaria que aumenta el riesgo de muerte súbita por fibrilación ventricular.
Precisamente, los pacientes jóvenes se encuentran entre los principales beneficiarios de los desfibriladores subcutáneos frente a los endovenosos, que son los convencionales y los únicos que se habían implantado en el hospital lucense hasta el momento. Los nuevos dispositivos se colocan bajo la piel, en el esternón, y como no se toca el corazón ni los vasos sanguíneos, la intervención es más sencilla y no requiere ser guiada por rayos X. Por tanto, son más fáciles de extraer y sustituir y como los pacientes jóvenes tendrán que pasar varias veces por su reposición, se considera más adecuado para ellos.
De igual forma, permite el tratamiento de las arritmias en pacientes con difícil acceso vascular. También se destaca como ventaja de este tipo de dispositivos que reducen el riesgo de infecciones como la endocarditis.
En el hospital lucense se implantan este tipo de dispositivos, considerados los de menor tamaño del mercado y con menor riesgo de infección
Pese a todo, los desfibriladores subcutáneos son adecuados solo para algunas arritmias, mientras que algunos pacientes que, por ejemplo, necesitan una estimulación más constante solo son candidatos a recibir uno convencional.
En ambos casos, el objetivo del desfibrilador es el mismo. Se colocan en pacientes arritmias ventriculares graves, como la taquicardia ventricular. El aparato monitoriza el ritmo cardíaco, detecta cuándo se produce una alteración y realiza una descarga eléctrica para que el corazón recupere el ritmo normal. Muchos de los pacientes portadores de desfribriladores padecen cardiopatías congénitas y se les ha diagnosticado un elevado riesgo de muerte súbita, como es el caso del receptor del primer dispositivo sin cables colocado recientemente en el centro lucense.
La electrofisióloga del Hula también está acreditada para la implantación de marcapasos sin cables. Desde el pasado verano, en el hospital lucense se implantan este tipo de dispositivos, considerados los de menor tamaño del mercado y con menor riesgo de infección debido a la ausencia de cables. Se coloca utilizando un cateter que lo deposita en la punta del ventrículo derecho y donde el propio dispositivo, que tiene la batería incorporada, se ancla a través de cuatro patillas.
Tampoco este implante está recomendado para todos los pacientes. Se colocan a aquellos que padecen fibrilación auricular, con bloqueos y que necesitan estimulación solo del ventrículo derecho, que es la zona que estimula el dispositivo. Los pacientes que precisan tanto estimulación de ventrículo como de aurícula deben seguir optando por el marcapasos tradicional.
