El Hula analizará si se deben intervenir las fracturas de cadera antes de las seis horas

Se suma a un estudio mundial que tiene como objetivo establecer si conviene intervenirlas con extrema urgencia o resulta más beneficioso el plazo convencional
Quirófano en el Hula
photo_camera Quirófano en el Hula

El Hula acaba de sumarse a un estudio ya en marcha que tiene como objetivo dirimir cuál es el mejor momento para intervenir la fractura de cadera: si con extrema urgencia, antes de que pasen seis horas, o en el plazo convencional de 24 a 48, que es el que se utiliza mayoritariamente ahora.

Se trata de una investigación iniciada por la Universidad McMaster de Toronto (Canadá), en la que participan hospitales de distintos países. El Hula es uno de los españoles que aportará pacientes al estudio, lo que implica que, en algunos casos seleccionados, las fracturas se intervendrán con una premura especial.

El responsable de la investigación en el Hula, el internista David Rubal, explica que no todos los pacientes que lleguen al centro con la cadera rota serán candidatos al estudio. Deben ser mayores de 45 años, un requisito que cumplen la mayoría, y no tener comorbilidades asociadas, algo que sí acota el grupo de posibles casos. Por ejemplo, una persona a tratamiento con anticoagulantes no podrá ser incluido porque necesariamente tiene que abandonar el tratamiento antes de pasar por quirófano y, evidentemente, no puede cumplir con el plazo de seis horas. Tampoco se incorporarán a ese estudio, las víctimas de politraumatismos, que además de la cadera presentan múltiples fracturas, o quienes requieran de una estabilización previa, pasando por Uci por ejemplo antes de estar listos para ser intervenidos.


El objetivo inicial del estudio es conocer qué morbilidades se asocian a uno u otro plazo de intervención a los 30 días


Al resto de pacientes, se les ofrecerá participar en el estudio. Si aceptan, el caso será aleatorizado por el equipo canadiense. Esto quiere decir que será ese grupo investigador el que distribuya los pacientes que serán operados antes de las seis horas y los que seguirán la vía ordinaria que se utiliza hasta ahora. Cada paciente tiene, por tanto, un 50% de posibilidades de ser asignado a uno u otro grupo.

Cuando un paciente es seleccionado para entrar en el grupo de las intervenciones de gran urgencia, estará sobre la mesa de operaciones en el menor plazo de tiempo posible y, en todo caso, antes de las seis horas citadas.

La única diferencia entre el grupo de las seis horas o el del plazo convencional será que con el primero se seguirá ese protocolo de mayor urgencia y con otro, la vía ordinaria. El resto es idéntico en ambos casos: iguales cirugías e iguales cuidados postoperatorios.

El objetivo inicial del estudio es, según destaca el doctor Rubal, conocer qué morbilidades se asocian a uno u otro plazo de intervención a los 30 días: embolia, neumonía, infección, infarto, o hemorragia, entre otros.

En una segunda fase, la investigación se ampliará y hará un seguimiento de los pacientes para observar cómo se encuentran pasados tres meses o un año.

EVOLUCIÓN. La manera de abordar la cirugía de fractura de cadera ha ido cambiando mucho a lo largo del tiempo. Hace unos años, lo habitual era que el paciente ingresara para someterse a una operación programada y, mientras, recibía un tratamiento para el dolor. No era extraño tampoco incluso que se fuera a casa con la cadera rota, inmovilizado a la espera de tener fecha para su intervención, y regresara al hospital para ser operado. En la actualidad, se hacen de forma urgente. Constituyen, en realidad, lo que se llama una urgencia en diferido: urgencias a las que se da un margen de espera, por lo que se intentan hacer esas intervenciones antes de 24 horas, pero pueden pasar hasta 48, en función de la disponibilidad de quirófanos o personal disponible.

El estudio promovido por la McMaster aspira ahora a afinar aún más cuál es el mejor momento para ser intervenido y si recibir la prótesis de una forma aún más precoz puede ser beneficioso para el paciente en términos de supervivencia postoperatoria y de calidad de vida pasado el tiempo.

En el Hula se hacen unas 450 intervenciones por fractura de cadera al año, la inmensa mayoría en ancianos, incluidos algunos casos de centenarios.

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