El Gran Hotel Lugo cerrará antes de final de año si no aparece un comprador

Los plazos se agotan. El futuro del cuatro estrellas más grande de la ciudad, el Gran Hotel Lugo, pende de un hilo. Si no aparece un comprador que llegue a un acuerdo con el principal acreedor, el Banco Popular, el céntrico alojamiento de la avenida Ramón Ferreiro tiene fecha de caducidad: cerraría antes de que finalice el año y saldría a subasta.

El 1 de octubre se cumplirán seis meses de su entrada en fase de liquidación. Esa fecha está señalada en rojo en el calendario. Pasar las fiestas de San Froilán -buena época de ocupación- sin sellar la venta dejaría a la administración concursal sin margen de maniobra. Tendría que presentar un Ere extintivo, que dejaría en la calle a sus 24 trabajadores, y convocaría una puja pública para intentar vender el inmueble de Ramón Ferreiro.

Dos son las claves que están haciendo que este pastel no resulte apetecible. Por una parte, el principal acreedor no da su brazo a torcer y, al parecer, no está dispuesto a aceptar ninguna oferta que no se acerque a los 7,7 millones de euros, que es el importe del préstamo hipotecario que tenía contraído la sociedad propietaria del cuatro estrellas, Proalsa, que pertenecía a los herederos del constructor berciano Martínez Núñez.

PRETENDIENTES. La oferta de más cuantía conocida hasta hoy en día es la de la cadena Hotusa, que rondaría los seis millones. La compañía del empresario chantadino Amancio López Seijas acaba de adquirir otro establecimiento del grupo, el Gran Hotel Santiago.

Un grupo de empresarios lucenses, liderado por uno del sector de la hostelería, también ha negociado con la entidad financiera para que le dé su visto bueno. Su oferta económica no ha trascendido.

Por otra parte, las cadenas hoteleras o los grupos de inversores a los que podría interesar hacerse con este céntrico alojamiento quieren heredar un hotel libre de personal para no tener que asumir los derechos laborales adquiridos.

Si finalmente el Gran Hotel Lugo es subastado, las propuestas que concurran a la puja pública no solo distarán mucho del valor en que está tasado el inmueble de Ramón Ferreiro, casi 11,2 millones de euros, sino que también serán sustancialmente inferiores al precio que se obtendría si se cerrase un acuerdo previo con él en servicio.

Este cuatro estrellas con cuatro décadas de historia dispone de 158 habitaciones dobles y nueve suites y tiene más de 18.000 metros cuadrados de superficie construida -incluidos el aparcamiento y los cuatro locales comerciales-