El futuro pinta blanco

Una empresa de inserción de jóvenes se postula para colaborar a embellecer la ciudad
Pintadas en pleno adarve de la muralla.
photo_camera Pintadas en pleno adarve de la muralla.

El Concello, gracias a la mediación de Lugono, se reunirá el próximo lunes con Grupo Dill, una empresa de inserción laboral para jóvenes en riesgo de exclusión social ligada la Fundación Dignidade, que gestiona varios centros de menores. La idea que quiere proponer es la colaboración con el propio Concello y con el sector privado para colaborar en el plan de embellecimiento de la ciudad, que incluye tanto la rehabilitación y limpieza de fachadas como la eliminación de los grafitis. 

Según explica el responsable de la empresa y de Dignidade, Fernando Pérez, Grupo Dill se creó hace dos años para dar una salida laboral a los jóvenes que estaban bajo la tutela de los centros de menores que gestionan. Se trata de una empresa en la que todo el lucro que se genera se reinvierte en la propia obra social. Su actividad principal se centra en la limpieza y en los trabajos de pintura, aunque es en este apartado donde en este tiempo ha localizado un mayor nicho de mercado. 

"Nuestro problema", comenta Fernando Pérez, "es que nuestros trabajadores necesitan una mayor formación, y no tenemos posibilidades para dársela de manera completa. La idea que queremos llevar al Concello es que sean ellos los que nos puedan facilitar esa formación, a través de escuelas taller, dentro de un proyecto de limpieza urbana. La empresa seguiría haciéndose cargo de los costes laborales, y el Ayuntamiento aportaría la formación". 

El responsable de Dignidade explica que lo que llevarán a la reunión del lunes será solo un borrador del proyecto para que los demás puedan aportar sus ideas, aunque cree que su desarrollo debería pasar por que desde el propio Ayuntamiento se ocupe también de promocionar entre los propietarios de las viviendas la necesidad de la restauración, así como de gestionar los permisos para realizarlas. 

Un segundo ámbito de actuación sería sobre las pintadas que afean muchas partes de la ciudad: "Por nuestro trabajo en los centros de menores, sabemos más o menos quiénes son los que las hacen. Nuestra labor sería tanto de limpieza como de concienciación, incluso estableciendo zonas donde los chavales puedan desahogarse sin ensuciar". 

La idea que quiere desarrollar la Fundación Dignidade con esta empresa de inserción social tiene uno de sus puntos básicos en conseguir también la implicación del sector privado. Esta implicación, considera Fernando Pérez, podrían pasar por la colaboración con almacenes de pintura o empresas de construcción, "que podrían obtener un retorno tanto a nivel de impuestos como de imagen social". 

Grupo Dill, que en estos momentos también concurre al concurso de algunas pequeñas adjudicaciones públicas, tiene en estos momentos dos trabajadores en nómina, que pretende ampliar en otros tres en los próximos meses. Todos ellos forman parte de colectivos en riesgo de exclusión, como exdrogadictos, personas que han pasado por la cárcel, jóvenes que estuvieron bajo el control de los centros de menores o inmigrantes con problemas para hallar trabajo.

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