La trama sobre Liñares y la Hidrográfica es la más avanzada

Las macrocausas llevan a la Fiscalía de Lugo al límite

Toda la plantilla titular trabaja en el caso Carioca, con 18 piezas que incluyen cada una los 250 tomos completos ►Pese a que se ha pedido el archivo de muchas acusaciones, pasarán varios años hasta que finalicen los juicios

"No conocemos a nadie que se haya enfrentado a una cosa parecida, no hay antecedentes. Algo así te bloquea una Fiscalía, la desguaza". La reflexión es de Roberto Brezmes, fiscal jefe de Lugo, y ni siquiera la hace en tono de lamento, sino como mera constatación de la realidad. Y esta sitúa a la Fiscalía lucense al borde del colapso al tener que enfrentarse a las grandes macrocausas que desde más de ocho años se siguen instruyendo en los juzgados lucenses.

"Cuando todo esto llegue a juicio va a ser difícilmente manejable, hay varias piezas elefantiásicas", advierte el fiscal jefe

Y eso pese a que el trabajo de la Fiscalía y de los propios juzgados instructores ha permitido ir desgajando esos macrosumarios en causas separadas que pueden ser más manejables. Ese despiece está permitiendo enviar a otros juzgados parte de los asuntos o incluso solicitar el archivo de otros, con el consiguiente alivio. Pero la situación es tal que ni aún así se pueden aventurar fechas de finalización. Entre unos trámites y otros, Lugo aún tardará bastantes años en ver juzgadas todas las causas.

El caso que lo ejemplifica todo es la operación Carioca, iniciada en diciembre de 2008 para investigar las redes de la prostitución en Lugo y su relación con algunos miembros de los cuerpos de seguridad del Estado. Ocho años después, son unos 140.000 folios, repartidos en 250 tomos, con más de 80 imputados y casi 400 testigos. En 2013, el entonces fiscal jefe Javier Rey propuso al juzgado la división en 52 causas. La jueza instructora, al final, formó 47. «Hay 29 formadas a partir de folios o tomos concretos -explica ahora Roberto Brezmes-, que son las más sencillas. Pero otras 18 se formaron con toda la causa. Ahora mismo tenemos en la Fiscalía 18 piezas cada una de ellas con 270 tomos. La labor de expurgo la tenemos que hacer nosotros poco a poco, determinar qué se investiga en cada pieza, qué personas hay imputadas».

Para realizar el reparto, Brezmes explica que ha tenido que dedicar un año «a conocer el asunto para repartirlo de forma igualitaria. La idea es leer la causa entre todos los fiscales». Eso implica que cada uno de los diez fiscales titulares con los que cuenta la Fiscalía en Lugo han recibido algún asunto de la Carioca. «Estuve los primeros seis meses estudiando la causa junto a Javier Rey, que había hecho un trabajo importante. Me reuní con él varias veces y luego hice una propuesta a la Fiscalía Superior para repartir, con la que estuvo de acuerdo. Pedimos ayuda a la Fiscalía General del Estado, que nombró varios refuerzos que están llevando parte del trabajo diario», relata el fiscal jefe.

El esfuerzo ya va dando sus frutos. Como muestra, de las 18 que incluyen todo el sumario, ya se han presentado informes pidiendo la inhibición en dos casos (el envío de una a Madrid y de otra a Mondoñedo), la prescripción de otra y el archivo de otras dos.

Da por descontado que habrá otras muchas que cuando sean abordadas en profundidad también acabarán en archivo, bien por prescripción o bien por falta de indicios delictivos (en ocho de las piezas separadas ni siquiera había imputados específicos, por ejemplo), y que otras podrán juzgarse con rapidez, "pero va a haber entre cuatro y seis que van a ser elefantiásicas, que ni un fiscal ni dos van a ser suficientes. Cuando todo esto llegue a juicio va a ser difícilmente manejable. Algunas personas van a tener que ser juzgadas varias veces. Vamos a tratar de parcelarlo lo más posible, por tramas, pero va a ser difícil".

Hay que recordar que, entre tanto, se ha dado salida a otras macrocausas como la operación Campeón (pendiente de que la Audiencia fije fecha para el juicio), la de las multas de la Jefatura de Tráfico o el caso de Castro de Rei (ambos ya juzgados), además de a todo el trabajo diario.

SIN PLAZO FIJO. En estas circunstancias, «es imposible calcular el tiempo» que los ciudadanos de Lugo tendrán que esperar para ver juzgados algunos de los asuntos que más expectación levantaron, pero baste señalar que para todas esas piezas separadas se ha solicitado la declaración de complejidad: «Si han tenido ocho o nueve años para instruir, qué menos que darnos a nosotros 12 o 18 meses para hacer una valoración», reclama Roberto Brezmes, que asegura que ya están esperando a que los juzgados les envíen los primeros autos de transformación en procedimientos abreviados para ir emitiendo sus escritos de calificación. Serán los primeros pasos hacia unos juicios sin fecha.

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