El director artístico del Thyssen dice que el arte hoy "no tiene dirección"

Guillermo Solana volvió la vista a los inicios del siglo XX en la charla que dio en la Ramón Falcón
Guillermo Solana, en los jardines de la Escuela Superior de Diseño Ramón Falcón.
photo_camera Guillermo Solana, en los jardines de la Escuela Superior de Diseño Ramón Falcón.

El director artístico del Museo Thyssen-Bornemisza, Guillermo Solana, participó ayer en las Microjornadas de Diseño que organiza la Escuela Superior de Diseño Ramón Falcón, donde habló de la exposición universal de 1939 en Nueva York. "Es un momento en que las grandes corporaciones, los diseñadores y urbanistas modernos se coaligan para cambiar la mentalidad del público y la cambian", indicó Solana para justificar su interés por este acontecimiento.

La exposición tuvo lugar durante la resaca de la Gran Depresión, una época en la que "nace mucho de la cultura pop de después, desde Superman hasta el swing y hoy aún lo reconocemos como un momento moderno". Si bien la época actual también está marcada por la crisis económica, Solana cree que el mundo artístico es "menos efervescente y aunque es inmensamente pluralista y cabe todo, no hay una dirección", apuntó.

Cada década del siglo XX estuvo marcada por un movimiento que define la imagen de futuro, sin embargo en la actualidad "no nos imaginamos de una manera definida el futuro salvo por una proliferación de ‘gadgets’; los artistas y diseñadores se dedican habitualmente a soñar, a imaginar el futuro y eso se ha perdido. Está relacionado con la pérdida de la fe o de la esperanza", indicó, a la vez que matizó que esta época "tampoco es en imaginación lo que fue la primera mitad del siglo XX, que está llena de invenciones".

La exposición de Nueva York del 39 es "la última expresión de un anhelo utópico, un poco ingenuo, de confianza en la ciencia y la tecnología para conseguir un futuro luminoso para la humanidad", pero esa confianza está totalmente perdida hoy, insistió. "El público y los propios políticos son menos ingenuos, más cínicos; no se cree en salidas milagrosas, ni se tiene confianza ciega en la tecnología", aclaró.

En aquel entonces, aunque el gran público no estaba al tanto de la vanguardia artística, sí había "fenómenos como Dalí, que capturaba la atención de las masas". Sin embargo, hoy la conexión con la sociedad es mucho menos activa, opinó.

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