El Concello de Lugo paga a marchas forzadas facturas de la luz para evitar nuevos cortes eléctricos en Frigsa

La oposición critica la improvisación del gobierno local y cree posible que se produzcan nuevos parones en el suministro eléctrico
Instalaciones de las piscinas de Frigsa.
photo_camera Instalaciones de las piscinas de Frigsa.

El Ayuntamiento trabaja sin descanso en pagar facturas eléctricas atrasadas con el objetivo de evitar cortes de luz como el que se produjo el pasado lunes en el edificio de Frigsa, que duró dos horas y que no fue percibido por los usuarios porque entró en funcionamiento de forma inmediata el grupo electrógeno.

Desde que se contrató una nueva persona para proceder a la revisión de facturas, se empezaron a pasar a cobro bloques de las numerosas pendientes. Este miércoles, el portavoz del gobierno, Miguel Fernández, aseguró que la situación "está encaminada" y descartó que se puedan producir nuevos cortes. El Concello formalizó ya un contrato con Gas Natural, que entrará en vigor el 1 de enero, y que será ahora la firma encargada de dar suministro a la piscina de Frigsa.

Sin embargo, la oposición discrepa. El portavoz del PP, Jaime Castiñeira, cree posible que esa situación se vuelva a dar, pese a la celeridad con la que se están abonando ahora las facturas. Castiñeira se queja de la improvisación del gobierno local y de que no fuera capaz de prever en el pasado las consecuencias que tendría "desmantelar el servicio electromecánico".

Destacó la importancia de una revisión minuciosa de las facturas y su certeza de que "los lucenses estamos perdiendo mucho dinero" por la falta de un control escrupuloso de facturas, permitir que se acumulasen y pagarlas ahora de forma más apresurada, lo que choca con una revisión pausada. "¿Cómo vas a comprobar ahora, a estas alturas, un recibo de enero del año pasado?", se pregunta, al tiempo que recuerda que las compañías pasan facturas con claros errores, como la ausencia de la lectura anterior o de la actual, que "se acaban pagando igual por falta de control".

La petición de colaboración a la Diputación tampoco convence al portavoz popular. "Que un Ayuntamiento como el de Lugo tenga que pedir ayuda a la Diputación es una vergüenza", dice.

Lugonovo tiene una percepción similar: es la falta de previsión del gobierno local lo que llevó al Concello a esta situación. Considera "desvestir un santo para vestir outro" que se destinara al trabajador encargado de la revisión de facturas a certificar obras del plan Urban, algo que era preciso terminar antes del 31 de este mes si no se querían perder fondos europeos.

"Non se poden esgotar os prazos ata reducilos a unha cuestión de prioridades. Nin xustificar o inxustificable botándolle as culpas a instancias superiores. Son todas escusas de mal pagador: o Estado non permite contratar, non é por falta de liquidez… argumentos tan manidos como pouco eficientes á hora de resolver os verdadeiros problemas de Lugo", se quejó Santiago Fernández Rocha, portavoz de Lugonovo.

Fernández Rocha considera "urxente" la necesidad de elaborar "un plan realista do persoal" e insta al gobierno a planteárselo como un propósito de año nuevo. También pide que se recuperen del cajón medidas como el plan de movilidad o la huella digital, que "só supuxeron un custe para as arcas municipais sen que o seu investimento revertese en beneficio algún".

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