"Estase xerando unha alarma e un malestar entre os hostaleiros e entre a cidadanía cando aínda non se sabe como vai resultar", lamentó este lunes la concejala de cultura, Carmen Basadre, tras la polémica adjudicación de las casetas y los calderos del pulpo de San Froilán. Sin embargo, sus palabras no ayudan a tranquilizar la opinión pública porque, a la vez que insta a no prejuzgar y a esperar a ver el resultado, reconoce que, en este momento, este es totalmente incierto porque el Concello desconoce quién va a prestar el servicio y en qué condiciones. "Non sabemos quen está detrás da empresa, porque aínda está en prazo para presentar papeis e para pagar as taxas. De momento non hai nada feito. Ata que o fagan non saberemos o que hai detrás e como sae", afirmó Basadre.
La adjudicación de las casetas y de los calderos –salvo una caseta, todo lo demás fue a parar a una sociedad instrumental con sede en Madrid y ninguna vinculación con la hostelería (Bruxa Consulting), que pujó muy por encima de los competidores clásicos– se produjo hace justo una semana, pero Basadre reconoció este lunes que ni el gobierno contactó con la empresa para tratar de despejar dudas ni la firma se dirigió al Concello. De momento, la administración local se limitó a cumplir con el trámite ordinario de informar a la empresa de que había sido adjudicataria. Lo hizo por correo postal y electrónico y tiene confirmación de que ha recibido la comunicación. Pero más allá de esto no ha habido ningún otro contacto. "Esperaremos uns días e se non, miraremos a ver", indicó Basadre.
Bruxa Consulting, que tiene al meirego Javier Irimia como uno de sus socios en Lugo, también mantiene silencio. Irimia es trabajador de banca, por lo que la falta de información oficial sobre quién estaría con él en la operación y sobre cómo prevé ofrecer el servicio sigue provocando incertidumbre. Bruxa Consulting comprometió inversiones muy superiores a las que hicieron los hosteleros habituales últimamente, aunque cercanas a las de años anteriores. Las bases del concurso establecen que el pulpo debe servirse en casetas, aunque sin muchas especificaciones sobre cómo deben de ser estas. Irimia y sus socios -alguno de los cuales podría tener relación con la hostelería- sugieren que ya tienen proyectos, pero siguen sin darlos a conocer.
SUPRESIÓN DE REQUISITOS. La adjudicación del pulpo sigue siendo objeto de debate y de suspicacias por cómo el Concello ha llevado a cabo el proceso de licitación. La principal diferencia respecto a ocasiones anteriores y lo que determinó el resultado fue que se suprimieron varios requisitos para optar al contrato, que será por cuatro años. Se eliminó la exigencia de "solvencia económica, financeira e técnica e profesional" y que las empresas dispusieran "dunha organización con elementos persoais e materiais suficientes para a debida execución do contrato". Tampoco se exigió "habilitación empresarial ou profesional para a realización da actividade ou prestación que constitúa o obxecto do contrato", de manera que se abrió la participación a todo tipo de empresas. Llega con que se den de alta en el epígrafe correspondiente del IAE antes de las fiestas.
El gobierno sostuvo hasta el lunes que un cambio legislativo impedía introducir ese tipo de requisitos, pero ayer Basadre se limitó a indicar que la normativa no lo exigía y que fueron los técnicos quienes decidieron eliminarlos. "Non sei por que o quitaron, haberá que preguntarlles en Contratación. Suponse que para dar máis participación e porque, se alguén mete tanto diñeiro, suponse que sabe facer as cousas, que hai garantías, que non vai vir cortar o polbo cun coitelo. Non fai falta poñelo sobre o papel, é obvio. Ogallá pronto saibamos se sae ben", indicó la edil.
El Concello admite que no sabe quién está detrás de las casetas del pulpo
Una semana después de la adjudicación a Bruxa Consulting el gobierno local tampoco aclara por qué abrió el concurso a empresas de fuera del sector y sin experiencia
