El asesino de Gerino, detenido por un robo de herramientas en Asturias

Emilio Pérez Vilarchao llevaba en libertad desde 2012 tras cumplir condena por el crimen del periodista lucense y otros tres asesinatos en el Principado, todos mediante estrangulamiento
Vilarchao, en los 90.
photo_camera Vilarchao, en los 90.

Se lamentaba de haber pasado toda su vida en prisión y, tras cuatro años en libertad, volvió a ella. Emilio Pérez Vilarchao, condenado por el asesinato en 1991 del periodista de El Progreso Gerino Núñez, fue detenido esta semana en Asturias junto a otros dos compinches por el robo de varias herramientas y vehículos en una constructora del concejo de Valdés. 

Con un importante historial de pequeños robos, prácticamente desde que cumplió la mayoría de edad, Pérez Vilarchao es carne de presidio. Hoy, con 56 años, y habiéndose revelado como uno de los asesinos más fríos y despiadados de la España actual, volvió a delinquir. 

El triple asesino de Serín, como se le conoce en el Principado, fue detenido en Gijón por la muerte de tres personas en noviembre de 1995. Tras su detención, se declaró también autor del asesinato de Gerino Núñez. En ambos casos estaba disfrutando de permisos carcelarios. Ya por entonces cumplía treinta años de prisión por varios delitos –robo, tenencia ilícita de armas, conducción de vehículos robados y quebrantamiento de condena– cometidos en Lugo, León, Cáceres, Málaga, Cantabria, Valladolid y Asturias. Llevaba en la cárcel desde 1980. 

El crimen de Serín fue realmente espeluznante. Las víctimas fueron tres individuos que, al parecer, pagaron con dinero falso a Vilarchao una pequeña cantidad de droga. El asesino utilizó un almacén de pescado en El Llano para torturar y asesinar a sus víctimas. Por la muerte de Gerino Núñez, la Audiencia de Lugo le condenó a 20 años de prisión en 1997. Posiblemente se trató de un crimen por encargo, aunque lo único que recoge la sentencia es que el móvil fue hacerle un favor a un funcionario con el que se llevaba bien, exmarido de la sobrina del periodista tras un divorcio traumático. El hallazgo en su poder de dos relojes propiedad de Núñez dictó su suerte. 

Una mañana, Vilarchao entró en casa del redactor, en la calle Ourense, y le apretó el cuello hasta quitarle la vida. Después, colocó el cadáver de Gerino en la bañera y le puso al lado tres patitos, uno grande y dos pequeños, como queriendo dejar un mensaje. 

La autoría del asesinato del periodista fue un misterio durante cuatro años, hasta que el preso asturiano tras ser descubierto por el triple crimen de Serín confesó también el de Gerino, sabedor de que un homicidio más y ejecutado incluso de la misma manera, no tendría por qué suponerle más tiempo de prisión. 

A la condena en Lugo en 1997 se le sumó un mes después la de la Audiencia de Oviedo: 65 años. 

Los beneficios del antiguo Código Penal y la cantidad de años que Vilarchao llevaba preso en total (cerca de 40) motivó que saliera libre en 2012. Pese a que hizo enmienda y mostró su intención de encauzar su vida, la Guardia Civil ya sospechaba que podría estarse dedicando a pequeñas sustracciones, sobre todo de coches, ya que tiene conocimientos de mecánica. Hace año y medio estuvo implicado en otro robo similar.

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