El acusado de matar a Tatiana defiende su inocencia y el juez lo manda a prisión

El magistrado del juzgado de Instrucción 3, Sergio Orduña, ordenó este miércoles la prisión provisional, comunicada y sin fianza, para Ibrahim N., acusado del asesinato a cuchilladas de la joven Tatiana Vázquez. Lo hizo después de que el senegalés, exnovio de la víctima, mantuviera su inocencia en la declaración judicial que prestó durante alrededor de una hora.

El acusado, según explicaron a este diario fuentes próximas a la investigación, no varió ni un ápice la versión que ha mantenido hasta ahora: que estuvo la noche del viernes al sábado, antes de la hora del crimen, con ella en la habitación de la pensión donde vivía, como hacían casi todas las noches después de que ella saliera de trabajar, porque seguían manteniendo su relación de pareja; que ella se fue alrededor de las tres de la mañana y que él se fue a pasear por el centro de Lugo y la muralla; que su relación era buena y que no cree que ella se estuviera viendo otros hombres, por lo que no tenía motivos para estar celoso, y que desconoce quién pudo ser el autor de las 54 puñaladas que acabaron con la vida de Tatiana entre las cinco y las seis de la madrugada del sábado, en su propio coche, aparcado en una solitaria calle del área de expansión urbana de Sanfiz.

También habría mantenido que la presencia de una toalla con sangre de la víctima en la habitación se debía a que ella se había secado porque, al parecer, tenía la menstruación. Una explicación similar a la que ofreció para la posible presencia de restos de sangre en otros dos puntos del baño, que él achacó a que hacía una semana ella se había hecho un herida leve en un pie y que se puso una tirita.

PRUEBAS. En cualquier caso, en el interrogatorio de ayer no se le habrían mostrado ni los resultados de estas muestras de sangre ni otros análisis que se han encargado, las pruebas que pueda arrojar el informe definitivo de la autopsia o el de las recogidas en el lugar del crimen y en el coche en el que apareció el cadáver, o los de las imágenes de las cámaras de control de tráfico de la Ronda da Muralla que podrían haberle grabado a él paseando, aunque parece que un primer visionado de las mismas no permite situarlo en el lugar.

No obstante, hay que tener en cuenta que la investigación sigue bajo secreto y que el juez no tiene en esas circunstancias necesidad de mostrar todas las pruebas que obran es su poder, ya que su conocimiento por parte del acusado podría entorpecer la investigación. Sí son conocidas, no obstante, por la representante de la Fiscalía, que ayer no dudó en pedir el ingreso en prisión del sospechoso. La Policía seguirá, por tanto, trabajando en el caso.