Un ejemplo de muralla

Dos profesoras de la universidad de Le Mans visitaron Lugo con el fin de rescatar ideas para poner en valor la muralla romana de su ciudad, candidata a la declaración de Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. En este caso, nuestra muralla sirvió de ejemplo.
Estelle Bertrand y Elodie Salin, en el adarve. XESÚS PONTE
photo_camera Estelle Bertrand y Elodie Salin, en el adarve. XESÚS PONTE

La muralla y la identificación de los lucenses con su pasado romano servirán de ejemplo e inspiración para dos profesoras de la universidad de Le Mans —en la región del Loira, al noroeste de Francia— para apoyar la petición de la declaración de Patrimonio de la Humanidad de la Unesco que se está tramitando para la muralla romana existente también en esta ciudad, más conocida en el resto del mundo por su popular circuito de automovilismo.

Estelle Bertrand y Elodie Salin —profesoras de Historia Romana y Geografía Humana, respectivamente— forman parte, como investigadoras, de un proyecto, Murailles Romaines à l’Unesco et Sociétés (Murus), que se lleva a cabo entre la universidad de Le Mans, la USC y la universidad La Sapienza, de Roma, centrado en el estudio comparativo de las tres únicas murallas romanas que se conservan en Europa —ubicadas en Lugo, Le Mans y Roma— y de sus políticas de gestión patrimonial y de interacción social. En este trabajo, participan veinte investigadores, entre ellos también la profesora Elena Freire, de la facultad de Humanidades de Lugo.

"Nos interesa estudiar el proceso de patrimonialización de la muralla y cómo lograron los lucenses, tras la declaración de Patrimonio de la Humanidad, la revalorización cultural y turística de la ciudad", manifestó Elodie Salin, que es también miembro del Icomos (Consejo Internacional de Monumentos y Sitios), una ONG asociada a la Unesco.

"Nos impresionó, sobre todo, la implicación de los lucenses con el Arde Lucus", dice Bertrand

Durante su estancia de cinco días en Lugo, las profesoras francesas se entrevistaron con responsables municipales de Cultura y también con representantes de tres asociaciones del Arde Lucus, con las que asistieron a talleres. A través de esas actividades, comprobaron la implicación de la población lucense en la fiesta del Arde Lucus y, a la vez, su fuerte identificación con el pasado romano de Lugo. Algo que quieren exportar a su ciudad, Le Mans.

"Nos impresionó, sobre todo, la implicación de los lucenses con el Arde Lucus, una fiesta vivida por toda la ciudad y en la que diecinueve asociaciones hacen recreación histórica. Esta es una manera fantástica de respetar la tradición y poner en valor también la muralla,que no es solo para los turistas sino también para la gente de Lugo", afirmó Estelle Bertrand.

Las profesoras francesas se quedaron impresionadas por la muralla de Lugo, de la que dijeron que era "muy bonita" y que estaba "muy bien conservada". Sin embargo, les chocó las casas en ruina que se ven desde el adarve en la zona de A Tinería. "Merecería la pena restaurarlas porque están justo al lado de la muralla", dijeron las investigadoras.

En cambio, sí les gustó la peatonalización de varios tramos de la Ronda da Muralla, aunque les llamó la atención el aparcamiento de Froiz, en pleno Camino de Santiago y en una zona donde confluyen dos patrimonios mundiales: la vía jacobea y la muralla.

Estas dos profesoras pretenden que la muralla de su ciudad sea reconocida también mundialmente por la Unesco como la de Lugo y que Le Mans no sea solo un referente para el automovilismo. "Queremos poner en valor, a través de esta iniciativa, el patrimonio romano y medieval de la muralla de Le Mans, que es rectangular y está decorada con una piedra local, el gres roussard, que se oxida y le da un color rojizo", añadió Estelle Bertrand.

La tercera muralla romana a estudio en este proyecto de investigación entre universidades es la de Roma, la más larga de todas ya que medía 19 kilómetros, aunque se conservan solo 12,5, pero mucho menos conocida que otros monumentos como, por ejemplo, el Coliseo.