Dos testigos del caso Pulpo dicen ignorar cómo hacía las contratas la Diputación de Lugo

La jueza Pilar de Lara los interrogó sobre los autobuses y el control de los fondos procedentes de los planes europeos

La jueza Pilar de Lara retomó este miércoles la instrucción del caso Pulpo, después de varios meses paralizada. Lo hizo con el interrogatorio a dos testigos, empleados de dos firmas que contrataron con la Diputación. Sin embargo, según explicaron fuentes del caso, ninguno de los dos pudo aportar respuestas valiosas a las preguntas de la magistrada, ya que sus puestos no les permitían conocer cómo se realizaban las adjudicaciones ni sus procesos. 

La primera en declarar fue una empleada del departamento de contratación de Monbus, la empresa que tenía adjudicado el transporte en varios programas provinciales. Sin embargo, la mujer indicó que su trabajo era gestión de facturas cuando había clientes que se retrasaban mucho en los pagos, y que desconocía cómo se hacían los contratos o se preparaban las propuestas para acudir a los concursos para las adjudicaciones. 

Según las mismas fuentes, tampoco pudo aclarar mucho el segundo de los testigos, uno de los empleados de la consultora PricewaterhouseCoopers (PwC) que realizaban la auditoría de los programas financiados con fondos de distintos programas europeos. Al parecer, este hombre habría asegurado ante la jueza –que le realizó una batería de decenas de preguntas, al igual que a la testigo– que se limitada a confirmar que los gastos que se financiaban estuvieran permitidos por los reglamentos de los planes europeos correspondientes, sin entrar en redactar contratos o pliegos de adjudicaciones.

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