El envase genérico de la cajetilla de tabaco aún está pendiente

Dos lucenses piden cada día ayuda médica para conseguir dejar el tabaco

Los sanitarios perciben que la ley antitabaco, de la que se cumplen ahora seis años, ha acabado con la normalización social del hábito. La demanda de asistencia sanitaria para abandonar la adicción ha crecido y ahora ya hay lista de espera para ir a consulta
Un fumador en una terraza. EP
photo_camera Fumar en una terraza

Cada día al menos dos lucenses piden ayuda médica para dejar de fumar. Cuando se cumplen seis años de la entrada en vigor de la actual ley antitabaco, la demanda de asistencia sanitaria para abandonar la adicción ha crecido de forma clara, según reconocen los responsables de las dos unidades de deshabituación tabáquica que hay en Lugo.

Antón Penas, que se hace cargo de la que hay en el Hula, tiene en estos momentos a unos 60 pacientes en lista de espera. La unidad se puso en marcha poco antes de la aprobación de la ley. Entonces no existía demora alguna: se pedía cita y enseguida se acudía a consulta. Hoy ve dos primeras consultas -que son las más largas- cada día, además de las de seguimiento. Andrea Gallego, que asume la de Primaria, recibe a entre tres y cuatro pacientes nuevos una vez por semana, que es cuando funciona su consulta. La lista de espera ronda los dos meses. Por supuesto, algunos de esos pacientes no llegan a conseguirlo y acaban regresando una segunda o tercera vez después de una recaída. Pese a todo, "el primer paso está dado y es importante", insiste el doctor Pernas.

Además del aumento de la gente interesada en dejar de fumar y en pedir asistencia sanitaria para hacerlo, ambos explican que la principal consecuencia de la ley, la más evidente y muy importante, es que ha acabado con la normalización social de la adicción. "Ya no se ve el fumar como un derecho inalienable, que es algo que sí pasaba antes. Los fumadores, como mínimo, saben que es algo molesto y está asumido que hay sitios donde no se puede hacer", explica el responsable de la unidad del Hula.

"Esa ‘desnormalización’ a nivel social é moi importante, que os cidadáns non permitan que fumar sexa algo natural que se pode facer en todos os espazos. E nese aspecto a lei foi eficaz ao cen por cen", señala la doctora Gallego, que también aprecia el hecho de que se haya logrado en solo seis años. Es esa la razón por la cual ya parece de ciencia ficción que hubiera un tiempo en el que se fumaba en aviones, aulas de universidades e incluso en pasillos de hospitales. Tal y como explica Pernas es también la razón por la cual incluso empieza a estar mal visto fumar en sitios al aire libre con presencia de niños, aunque esté permitido. Hay, no obstante, lucenses con la percepción de que vuelve a haber tolerancia al tabaco y bares donde se fuma.

La ley, junto al aumento de la información, también ha contribuido a que los pacientes perciban de forma unánime el tabaco como algo perjudicial. Antes se daba más ese tipo de prevención casi estética -el doctor Pernas cita como preocupaciones típicas de entonces el mal aliento o el amarilleo de dedos- pero hoy en día la concienciación es diferente. Pese a todo, el facultativo lamenta que no haya llegado al punto de consolidar el tabaquismo como la verdadera adicción que es; que, aunque se sepa malo, se siga considerando un mero hábito y que no se contemple como una sustancia que crea una gran dependencia muy rápido.

SALUD. En realidad, no existen (o son muy escasos) los datos sobre los efectos en salud de la población lucense, los médicos sí coinciden en su percepción. "As reagudizacións de enfermidades pulmonares baixaron. As baixas laborais por procesos agudos respiratorios son menos", explica Gallego, que recuerda que no hay ley de salud pública más beneficiosa que esa.

Pese a que hayan pasado seis años, hay algunos indicadores en los que todavía no se reflejan los beneficios, aunque nadie duda de que llegarán porque se refieren a enfermedades en las que está más probada su relación con el tabaquismo.

Ocurre así con el cáncer de pulmón, cuya incidencia crece. Entre otras cosas, favorece ese aumento la incorporación de las mujeres al tabaquismo y será preciso esperar todavía años para poder analizar cuánto ayudó verdaderamente la ley a reducir ese tipo de tumores.

Tampoco en el caso del infarto agudo de miocardio se registran ahora en Lugo menos casos, según admite el jefe de Cardiología del Hula, Carlos González Juanatey, pero sí se detectan mejoras a nivel nacional.

"Los datos de España indican un impacto de la ley antitabaco sobre la mortalidad cardiovascular, que se ha reducido en los últimos años. La ley, entre otras medidas, como la estructuración de redes asistenciales para la reperfusión mediante angioplastia primaria en varias comunidades autónomas que no la tenían", explica el cardiólogo.

De lo que sí disponen los cardiólogos lucenses son de datos que apuntan a una reducción del porcentaje de fumadores activos entre los pacientes que han tenido un infarto. "Son números pequeños pero marcan una tendencia", señala.

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