Un donjuán virtual estafa 14.000 euros a una lucense a la que cameló en Facebook

►Hace unas semanas, otra vecina perdía 15.000 euros a manos de otro engatusador

►La Policía Nacional advierte que la soledad se está convirtiendo en un nicho de negocio para los profesionales del engaño que aprovechan la vulnerabilidad de las personas mayores que no tienen familia que se haga cargo de ellas

photo_camera Las personas mayores son más vulnerables a este tipo de delitos. AEP

Una lucense, que vive sola, realizó en solo nueve días cuatro transferencias bancarias por un importe de 14.250 euros en total a un donjuán virtual que la embaucó tras contactar con ella a través de Facebook.

Fue la entidad bancaria de la que es clienta la víctima la que puso el caso en conocimiento de la Policía Nacional al resultarle sospechoso que tres de esos cuatro envíos de fuertes sumas de dinero se realizaran a cuentas localizadas en la India. El cuarto fue a otra domiciliada en territorio nacional.

La víctima, de 54 años de edad, detalló ante los agentes que llevan la investigación cómo fue víctima de lo que las fuerzas del orden denominan "hurtos amorosos". La mujer recibió una solicitud de amistad de su pretendiente en Facebook.

Tras contarse sus penas a través de esta red social, cuando este le requirió ayuda económica, no dudó. El 20 de marzo le transfirió 750 euros y hasta el día 28 le haría otros tres envíos de 2.500, 3.500 y 7.500.

No es el primer caso que se registra en Lugo. El año pasado otra lucense de mediana edad realizó dos transferencias a Italia por importe de 5.000 euros en total.

Estos donjuanes virtuales camelan a sus víctimas haciéndose pasar por marineros que están enrolados o militares destinados en el extranjero que de repente sufren el sobresalto de ser retenidos en otro país o ingresados en prisión y precisan dinero para afrontar la fianza para poder quedar en libertad.

Estos timadores suelen ser "mulas" que trabajan para mafias, que los utilizan para todo tipo de ciberestafas (sexting, alquileres...), según explica Francisco Vázquez, que es el jefe de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (Udev) de la Policía Nacional en Lugo, que se encarga de los delitos tecnológicos, económicos y contra las personas -violencia de género y agresiones sexuales, no-.

Francisco Vázquez advierte de que la soledad se está convirtiendo en "un nicho de negocio para los profesionales del engaño". Añade que en Lugo "se están dando casos de aprovechamiento de personas mayores que viven solas, que en cuanto alguien les hace caso se pueden convertir en víctimas vulnerables".

Un donjuán de carne y hueso engatusó a una octogenaria

 

Si el anterior era virtual, operaba desde el extranjero y la Policía no ha podido dar con él, en las últimas semanas agentes de la Udev detenían en Lugo a un donjuan de carne y hueso que presuntamente le estafó más de 15.000 euros a una lucense de 85 años, que vive sola en la zona de las Casas Baratas.

Fue una sobrina de la víctima la que se dio cuenta de que algo no iba bien cuando vio un extracto bancario en el que la entidad advertía a su tía de que su cuenta estaba en números rojos. A esta familiar le sorprendió porque la octogenaria era muy comedida en sus gastos.

Desde mayo del año pasado la víctima pasó de retirar unos 200 o 300 euros mensuales de su cuenta para comida y gastos corrientes a llevarse casi íntegramente el importe de su pensión.

La octogenaria no soltaba prenda al principio, pero acabó contándole a su sobrina que había conocido a un hombre, que decía que estaba en el paro y que tenía una hija a su cargo, al que prestaba dinero porque atravesaba por una apurada situación económica. Aseguraba que le había pedido que le devolviera los cuartos, pero este le respondía que no podía y que si insistía no se los entregaría nunca.

El destinatario de ese dinero era un lucense de 62 años al que conoció porque fue a hacer unas chapuzas a su casa. Entablaron entonces una amistad, que presuntamente resultó interesada por parte del estafador. Este solía pasar las tardes con ella tomando café y charlando. Incluso a veces la acompañaba al banco a retirar el importe de la pensión.

Él declaró en comisaría que fue ella la que le entregó el dinero voluntariamente, mientras que esta dijo que tenía miedo a su reacción.

Además, el detenido se llevó una medalla de oro, con las iniciales y fecha de nacimiento de la víctima. Empeñó esa joya, pero acabó devolviéndola en su comparecencia en comisaría.

Una cuidadora estafa 30.000 euros a una lucense de 89 años

 

La Policía Nacional también detuvo a una lucense, de 68 años, que presuntamente le estafó 30.000 euros a la octogenaria a la que cuidaba por las mañanas.

Otra asistenta, que atendía por las tardes a la víctima, fue la que puso a una sobrina de esta, que reside en otra ciudad, en la pista de la estafa. Se dio cuenta de que la mujer, de 89 años, estaba retirando mucho más dinero del que precisaba para pagar sus servicios y para hacer la compra.

El año pasado la detenida realizó periódicas retiradas de dinero en ventanilla, mediante cheques de entre 3.000, y 5.000 euros. Cuando se estrechó el cerco sobre ella, dejó de acudir al trabajo sin avisar. Además, localizaron fotos suyas en las redes sociales en las que lucía un valioso collar y unos pendientes de oro de la víctima.

Hurta 4.000 euros a la persona que cuidaba, tras su muerte

 

El mes pasado agentes de este cuerpo también arrestaban a una mujer, natural de Sada (A Coruña), de 62 años, que presuntamente le hurtó unos 4.000 euros al enfermo terminal al que cuidaba a cambio de que le diese techo, pues la detenida solo percibía el Risga. Se llevó el dinero que la víctima guardaba en casa para adquirir una silla de ruedas eléctrica porque apenas podía caminar. Y lo hizo después de encontrarlo muerto una mañana cuando volvía de hacer la compra.

Esa noche una patrulla la identificó en un pub de Marina Española cuando, en estado ebrio, hacía ostentación de la fuerte suma de dinero que llevaba encima, como ya había hecho en otro local de Camiño Real. Comentó que estaba ahogando sus penas en alcohol porque acaba de perder a un amigo. Cuando los agentes ataron cabos se encontraron con que ella no tenía ingresos suficientes para disponer de esos 4.000 euros.

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