La disputa de una pareja por su perro obliga al juzgado a subastar el animal

Boss, un boston terrier de competición valorado en 3.431 euros, sale a la venta por 1.715. Fue uno de los copropietarios el que exigió la medida judicial tras rechazar la oferta del otro

Boss está en venta al mejor postor. Boss no es un cualquiera, es un cotizado semental, un boston terrier pura sangre de competición y cría. El próximo día 3 de marzo, el juzgado de Primera Instancia número 3 certificará quién es el máximo postor de la subasta y, por tanto, su nuevo dueño.

El perro ha llegado a esta situación porque se ha visto inmerso en una ruptura de pareja, que lo había adquirido en copropiedad. Según pudo confirmar este diario a través de fuentes judiciales conocedoras del caso, el conflicto creado entre ambos miembros de la pareja al romperse esta dejó a Boss en medio, ya que ambos hombres reclamaban la custodia de la mascota.

Ante la imposibilidad de llegar a un acuerdo, uno de los hombres decidió iniciar un procedimiento verbal en el juzgado, al que reclamaba que decretara la copropiedad de Boss, se declarase "bien indivisible" y, en caso de no serle adjudicado, se sacara a pública subasta.

Durante el procedimiento judicial tampoco fue posible que las partes alcanzasen acuerdo alguno al respecto, y eso que se prolongó durante más de un año. En el juicio verbal, el juzgado no pudo hacer otra cosa que determinar la copropiedad del animal, dejar al perro en custodia de uno de ellos e instar a las partes a llegar a un acuerdo y advertir que, de lo contrario, tendría que dejar a Boss en manos del mejor postor.

Incluso se llegó a valorar el animal, un perro nada común según determinó un perito tasador: sus características para la cría y la competición en exposiciones caninas marcaban un precio de 3.431 euros.

DINERO Y DOS CAMADAS. Las negociaciones posteriores tampoco llegaron a nada. Según las mismas fuentes, uno de los miembros de la pareja llegó a ofrecer al otro una cantidad de dinero y los beneficios de dos camadas cuando el perro volviera a ser reclamado como semental, pero el otro rechazó la oferta y exigió la ejecución de la sentencia.

La Fundación Franz Weber de defensa de los animales quiere pedir al juzgado la paralización de la subasta

Al juzgado no le quedó otro remedio que sacar el animal en subasta, que está abierta hasta el 3 de marzo. Según la normativa que regula las subastas, en esta Boss no podrá ser vendido por menos del 50 por ciento de su valor tasado, es decir 1.715,55 euros.

Todos los conocedores del asunto consultados por este diario confían en que al final quien se quede con la mascota sea uno de sus dos copropietarios, pero nada se puede descartar. Cualquier interesado, por ejemplo otro criador de perros de esta raza, puede participar en la puja simplemente consignando de manera previa el cinco por ciento del precio del "bien mueble", 171,55 euros. Los dos copropietarios, sin embargo, no necesitan depositar ninguna cantidad para participar.

Conocido el caso, la Fundación Franz Weber de defensa de los animales anunció su intención de solicitar al juzgado la paralización de la subasta.

Según esta ONG, "la comunidad científica ofrece datos incontestables que reconocen que los animales tienen sensibilidad, es decir, sensaciones físicas y psíquicas complejas, lo que ha motivado reformas legales en todos los niveles, inclusive en el ámbito de Galicia, con la promulgación de la Lei de Benestar Animal, de 2017". En su opinión, esta subasta atenta contra el artículo 13 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea.

No obstante, no será tan fácil frenar la subasta. En primer lugar, esta fundación debería solicitar al juez su personación en la causa, y es poco probable. Después, aún debería estudiarse la suspensión, que no podría basarse en la protección del bienestar de animal porque este está asegurado.

Subasta animal | Un proceso más común de lo que la gente piensa 
"A nadie le extrañaría, por ejemplo, que se subastara un caballo de carreras comprado entre varias personas", explica un experto judicial, "y los juzgados subastan muchas veces vacas, ovejas o cerdos de explotaciones ganaderas". La gran diferencia en este caso, considera, no viene por tanto del hecho en sí, "sino de nuestra propia percepción de los perros como algo muy cercano". 

Como hijos 
Según esta persona, "tampoco es raro ver en los juzgados disputas por perros o gatos en procesos de rupturas de pareja, porque para muchas de ellas las mascotas son casi como hijos".