Las notarías de Lugo están recibiendo estos días decenas de llamadas de personas mayores que, sin estar enfermas, quieren hacer testamento por lo que pueda pasar. Sin embargo, a pesar de que la notaría es uno de los servicios esenciales, no lo es para casos no urgentes, entre lo que se incluye hacer testamento.
Esta alarma del coronavirus obliga a recordar el artículo 701 del Código Civil, que data del siglo pasado y que afortunadamente había caído en el olvido: en caso de pandemia se podrá otorgar testamento ante tres testigos sin ser necesaria la presencia de un notario.
Manuel Ignacio Castro-Gil, notario lucense, explica que es conveniente que el testador lo escriba de su puño y letra, y que lo firme, a efectos de que a posteriori "se pueda adverar". Sin embargo, Castro-Gil aclara que, con los medios actuales, lo más sencillo es "grabar con el teléfono móvil el acto de manifestación de este testamento ante los tres testigos", que deben ser mayores de 16 años.
Si es de puño y letra, y está firmado, incluso no sería necesaria la presencia de los testigos. Es lo que se conoce como testamento ológrafo y está regulado en otro artículo, el 688. Si se hace así, es conveniente decirle a alguien el dónde se deja.
Una vez pase todo, lo más conveniente es acudir a la notaría y dejar el testamento hecho en legal forma
Una de las particularidades de estos testamentos en tiempos de epidemia es que no son validos para siempre. Dejarían de valer dos meses después de acabar la pandemia, en este caso se entiende que cuando transcurra ese tiempo una vez se levante el estado de alarma. Es decir, solo es una fórmula transitoria para quienes no testaron y sientan la necesidad de hacerlo por miedo a contagiarse.
Una vez pase todo, lo más conveniente es acudir a la notaría y dejar el testamento hecho en legal forma, un trámite que no llega a los 50 euros.
