El Concello no pone en funcionamiento las nuevas líneas de transporte urbano que el gobierno local había presentado en junio del pasado año porque el sistema de ayuda a la explotación (SAE), implantado en 2011 y mediante el cual se puede saber en tiempo real en dónde se encuentra cada bus, está "obsoleto". El problema fue revelado este martes en el pleno por la alcaldesa Lara Méndez durante una comparecencia solicitada por el BNG para pedir explicaciones por el retraso en la implantación de este rediseño de las líneas y en la que reconoció que con el actual sistema no es factible controlar que la concesionaria cumple con el pliego de condiciones.
"O SAE está obsoleto agora e non se pode nin saber o número de quilómetros que percorren os buses, e iso é básico", comentó la alcaldesa, quien añadió que ese es el motivo de que non funcionen las nuevas líneas, "porque o primeiro é non perder un só euro de diñeiro público", indicó.
NUNCA FUNCIONÓ BIEN. El SAE fue implantado en el servicio de transporte publico por el anterior gobierno local en dos fases y gracias a los fondos de la UE y el plan E. Se instalaron GPS en los buses y pantallas con información en tiempo real en una veintena de paradas, lo que supuso un desembolso de unos 376.000 euros. Sin embargo, desde su activación, el sistema siempre dio problemas y las pantallas llegaron a estar meses apagadas, lo que generó constantes quejas de los usuarios al Concello, como este martes recordaban varios portavoces de la oposición.
Lara Méndez respondió a las críticas indicando que la empresa concesionaria trabaja en la implantación de un nuevo sistema y que, una vez esté listo, se analizará si "cumpre todos os items" y convocarán a la mesa de trabajo para activarlo. Entretanto, admitía que la concesión sigue siendo controlada en base a que las líneas son tan antiguas que se hacen los cálculos sobre a los recorridos de los últimos años.
La regidora también aprovechó la comparecencia para dar detalles sobre el estudio para rediseñar el transporte que presentó la empresa en junio de 2017 y que, según la regidora, "ninguén pediu". La alusión desató las críticas del portavoz del PP, Antonio Ameijide, quien una vez acabó el pleno acusó a Méndez de mentir y mostró una solicitud de acceso y copia del plan que registraron a finales de junio. Antes, Amejide había criticado al gobierno por "olvidar" a la zona rural en el nuevo diseño y recordó que el servicio pierde "230 usuarios cada día".
Víctor Álvarez, de Lugonovo, también criticó que, pese a estar en vigor un nuevo contrato, sigue sin haber buses adaptados, al tiempo que se lamentó de no se controle siquiera la ocupación por vehículos del carril bus de la Rúa Montevideo.
Carlos Portomeñe, de Ace-EU, reprochó que fuese la concesionaria, que busca "afán de lucro", la que elaborase el estudio de líneas y recordó que está "no caixón" un plan de movilidad "modélico".
Olga Louzao, de Ciudadanos, dijo que hubo una caída de usuarios del 22% desde 1999, a la vez que criticó que no se paguen las facturas a la empresa desde 2016 por una discrepancia contable, aunque sobre esto el gobierno local aclaró que ya se están abonando.
