La Diputación valla el pantalán y prohíbe su acceso para el baño

La institución alega que el uso de la pasarela es solo como muelle del catamarán y se precintó dado que no sale el barco por falta de caudal

Valla que restringe el paseo y el acceso de bañistas al pantalán, colocada por la Diputación. ANA SOMOZA
photo_camera Valla que restringe el paseo y el acceso de bañistas al pantalán, colocada por la Diputación. ANA SOMOZA

Se acabó el lanzarse al agua desde la pasarela de madera del área recreativa de Os Robles que fue usada, en días pasados, a modo de trampolín por numerosos bañistas. Desde hace unos días, la Diputación —organismo que atiende estas instalaciones— decidió vallar el acceso a la pasarela y prohibir el paso a bañistas y al público en general. La razón que este organismo da para tal medida no es otra más que la de preservar el uso inicial para el que fue construida la pasarela: ser pantalán del catamarán que hacía la ruta fluvial y que —tanto este verano como el anterior— quedó varado en la orilla dado el escaso caudal que lleva el río.

El hecho de que esta pasarela estuviese siendo usada, en días pasados, como trampolín para lanzarse al agua precipitó esta medida por parte de la Diputación ante un posible riesgo de accidente sin entrar o no en que el pantalán fuese o no seguro para su uso como tal.

"Restrinxiuse o acceso ao pantalán a semana pasada para evitar un accidente dado que estas instalacións xa estaban valadas de antes pero a xente saltaba o valado e tirábase ao río desde alí", explicaba el lunes un integrante del gabinete de prensa de la Diputación.

POSTES. Este embarcadero estaba, hace días, sujeto a través de dos gruesos cables a sendos postes de hormigón. Pese a esta forma de sujeción, tan sui generis, no se produjo ningún accidente que pusiese en peligro la integridad de los bañistas que accedían al mismo a principios de este mes y de forma libre, sin la existencia entonces de ningún tipo de valla.

El precinto del pantalán supone que ahora mismo el único acceso libre al río para bañistas es el que ofrecen unas rudimentarias escaleras de madera recubiertas por una tela asfáltica a poca distancia del embarcadero.

PLAYA. La falta de una playa fluvial —tantas veces reivindicada por los lucenses— lleva a este tipo de situaciones en las que, en ocasiones, se pone en riesgo la vida de los bañistas por la inexistencia de una zona de baño pública acondicionada a orillas del Miño.

El BNG propuso, el pasado mes de mayo, habilitar el pantalán como zona de baño libre, para lo que pidió que se colocasen unas escalerillas más seguras y se delimitase el área con boyas a fin de que la práctica del baño no interfiera con piragüistas ni dañase zonas con especies protegidas por su valor medioambiental.

El portavoz local del BNG, Rubén Arroxo, criticó también en su día que exista una partida presupuestaria en el Concello de 250.000 euros ya desde 2011 "e estamos no 2018 e aínda non foi capaz de executala", dijo.

Uno de los mayores escollos que tuvo que resolver el Ayuntamiento para hacer la playa fluvial fue aportar la documentación solicitada por la Confederación Hidrográfica Miño-Sil. Este organismo requirió al Concello un estudio batimétrico del caudal. También pidió el reconocimiento oficial de esa área como zona de baño de forma que concrete qué infraestructuras y servicios públicos va a tener así como qué medidas de protección de aguas va a aplicar. Otra de las demandas de la Confederación hacia el Ayuntamiento es que evalúe cómo esa instalación afectará a los diferentes hábitats de la zona.

El pasado mes de abril se contaba con que el acondicionamiento de la playa fluvial se hiciese de forma inmediata para poder disfrutar de ella ya este verano pero no pudo ser.

Por aquel entonces, la Confederación Hidrográfica estaba pendiente de una respuesta de la Consellería de Medio Ambiente para agilizar los trámites. Una vez obtenido el consentimiento de la Xunta, habría un plazo de un año para llevar a cabo la obra.

A lo largo de estos últimos meses, el proyecto se encontró con otro escollo, que fue la entrega, por parte del Concello a la Confederación, de un mapa con una ubicación errónea de la playa fluvial, a la altura del Pazo dos Deportes y no junto al parque infantil del Paseo do Miño. Error que fue subsanado y no supuso ningún retraso en el trámite ya que la nueva propuesta no cambiaba en relación a la original.

Socorristas
Allí donde haya bañistas
El Concello contrató a dos socorristas que cuidan de los bañistas en distintos tramos del río, para lo que tienen un coche para desplazarse. Hace días, estos profesionales vigilaban el pantalán, dado que allí se concentraban bastante jóvenes para lanzarse al agua.
"Os socorristas foron contratados para preservar a seguridade dos bañistas en toda a marxe do río, non só para o pantalán. Pero se estaban alí era porque alí había moitos bañistas", dice el servicio de prensa del Concello.
Peligro
Los socorristas manifestaban, hace días, que el riesgo de ahogarse en el Miño en agosto baja dado que hay menos agua. Pero, por este mismo motivo, es mayor la posibilidad de darse un golpe al lanzarse al agua, especialmente desde el pantalán, sobre el que estos profesionales reconocían que ya es "peligroso de por sí". Muchos asiduos al río creen que los socorristas deberían vigilar la zona desde una embarcación, no desde la orilla.

 

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