Susana Díaz trajo a Lugo el mismo mensaje que había lanzado horas antes en Ourense y Vigo y seguramente con la misma fuerza. El hecho de que la lucense fuese la última parada de su periplo gallego en la jornada de este sábado no le quitó resuello ni le impidió hacer un discurso de más de 45 minutos con continuas apelaciones a la historia del PSOE y en el que continuamente ilustró el efecto de las políticas socialistas con los hitos de su propia vida. A las cerca de trescientas personas con las que luego compartió cena les pidió su apoyo para "romper el techo de cristal de la secretaria general del PSOE y el techo de cristal de la presidencia del Gobierno de este país".
Díaz llegó casi con una hora de retraso a su cita y entró flanqueada por el exalcalde José López Orozco; la actual alcaldesa, Lara Méndez, y el presidente de la Diputación, Darío Campos. El presidente provincial había compartido ya un acto con Pedro Sánchez en Viveiro y Méndez hizo de anfitriona de Patxi López cuando este recaló en Lugo, ya que ambos habían manifestado su intención de amparar a todos los candidatos que pasasen por Lugo. A Susana Díaz la esperaban en la sala militantes de toda la provincia, algunos cargos municipales y caras más conocidas como el exministro José Blanco; el senador Ricardo Varela; la diputada Margarita Herráiz; los diputados provinciales Manuel Martínez y José María Arias; el exsenador Luis Ángel Lago Lage, que también estuvo con Patxi López, igual que el exconcejal lucense Luis Álvarez; o la concejala lucense Ana Prieto, entre otros.
Sin embargo, ninguno de ellos asumió la presentación de la presidenta de Andalucía, sino que este papel recayó en Jesús Vázquez Tallón, el que fuera secretario provincial de las Xuventudes Socialistas hasta el año pasado y miembro de la lista al Congreso como suplente en las generales de 2015. Vázquez Tallón la definió como la persona capaz de lograr "el cambio, regeneración y unión" que el PSOE necesita tras una etapa instalado "en la indiferencia por parte de la sociedad".
