Diagnosticados cuatro casos de viruela del mono en el área sanitaria de Lugo

Se trata de cuatro hombres que presentaron lesiones cutáneas. Ninguno de los pacientes tuvo que ser hospitalizado por la infección. No se administró ninguna vacuna en Lugo, que se recomienda a contactos estrechos susceptibles de tener complicaciones
Una enfermera prepara una PCR para el análisis de la viruela del mono, en el Hospital Ramón y Cajal de Madrid. CARLOS LUJÁN (EFE)
photo_camera Una técnico de laboratorio prepara una PCR para el análisis de la viruela del mono, en el Hospital Ramón y Cajal de Madrid. CARLOS LUJÁN (EFE)

Por el momento han sido diagnosticados en el área sanitaria lucense cuatro casos de viruela del mono. Se trata de cuatro hombres que presentaron síntomas y que fueron atendidos en consultas externas de Enfermedades Infecciosas o de Dermatología, en algunos casos tras acudir a su médico de cabecera. Ninguno de ellos ha tenido que ser hospitalizado.

La detección de esos casos no implicó la administración de ninguna vacuna. Aunque en otros puntos de Galicia sí se pusieron ya algunas (cuatro hasta la pasada semana), en la provincia de Lugo todavía no ha sido así. Por el momento, y dado que España ha recibido un número escaso de unidades de este fármaco -en Galicia hay disponibles menos de doscientas- se está administrando a población de riesgo solo en grandes ciudades donde se concentra un número elevado de casos, como Madrid o Barcelona. En el caso de Lugo, al igual que en el resto de Galicia, no se busca activamente población que podría beneficiarse de esa acción preventiva, sino que se limita la administración a contactos estrechos de casos confirmados que pudieran tener complicaciones en caso de contraer la enfermedad, como menores, embarazadas o personas inmunodeprimidas.

En el caso de los pacientes lucenses no se encontraron entre los contactos declarados personas en esa situación. Además, otros de los contactos estrechos de esos pacientes residen en otras comunidades o hacía más de 14 días que habían estado en contacto con ellos por lo que se considera superado el período de incubación de la enfermedad.

Lo cierto es que la administración de la vacuna no se está haciendo en España de manera homogénea por comunidades. Por ejemplo, en Madrid es posible solicitar cita para recibirla. Una persona que considere que está en riesgo de entrar en contacto con el virus puede pedir hora para que le pongan la vacuna. Sin embargo, en Cataluña es el sistema sanitario el que contacta con los receptores de la vacuna.

Para seleccionar a la población que se considera de riesgo y a la que se invita a vacunarse se recurre al listado de hombres que tienen sexo con hombres y reciben profilaxis de preexposición al VIH (PrEP) o con infección por VIH que están a seguimiento en consultas hospitalarias. Además se vacunan a los contactos estrechos de los casos confirmados si no han pasado más de dos semanas desde que estuvieran juntos. Es decir, en ciertas comunidades se ponen vacunas preexposición y postexposición, mientras que en la mayoría, incluida Galicia, solo se pone postexposición y en aquellos casos en los que ha habido un contacto estrecho y reciente y se entiende que la enfermedad pueda causar más problemas; es decir, personas con inmunodepresión confirmada, niños, embarazadas o personal sanitario que haya tenido un contacto cercano.

La preventivista del Hula Luisa Abraira señala que el protocolo actual limita la administración de vacunas exclusivamente a esos casos, pero podría cambiar si se modificaran las circunstancias y, por ejemplo, se detectara un aumento de los diagnósticos.

Recuerda que el momento ideal de administración del fármaco es hasta cuatro días después del contacto pero es posible recibirlo hasta los 14 días posteriores.

LESIONES. La mayoría de pacientes entra en contacto con el sistema sanitario cuando aparecen las úlceras en la piel características de la enfermedad y que pueden encontrarse en diversas zonas del cuerpo, incluyendo el área genital y la boca. Los primeros síntomas suelen ser otros, sin embargo, como fiebre, mialgia, dolor de cabeza, malestar o cansancio, pero se confunden fácilmente con los de otras enfermedades. Tienden a aparecer una media de cuatro o cinco días después del contacto con el virus, aunque las lesiones cutáneas suelen tardar más en aparecer.

Se estima que el período medio de incubación de la enfermedad es de seis días, pero puede ser de solo tres días y hasta de 14, que es la razón por la cual no se vacuna a un contacto estrecho de riesgo pasadas dos semanas del momento del propio contacto.

Según explica el especialista en Enfermedades Infecciosas Ramón Rabuñal el tratamiento que se administra a los pacientes es un analgésico para tratar los síntomas. Hay aprobados dos antivirales para casos más graves.

Los casos se confirman a través de una PCR. Al paciente del que se sospecha que tiene viruela símica se le toma una muestra de exudado nasofaríngeo, similar al de la prueba de covid, pero también de orina o de la secreción de las úlceras y se remite a uno de los hospitales que hacen PCR para esta enfermedad. En el caso de Lugo el centro de referencia es el hospital de Santiago de Compostela.

Al caso diagnosticado se le exige aislamiento hasta que se hayan curado las lesiones, que es cuando se tiene la certeza de que ha acabado la fase infectiva. Se cree que muy probablemente los afectados dejan de contagiar antes, pero el protocolo establece que el aislamiento se mantenga hasta que desaparezcan las úlceras.

A los contactos estrechos que el protocolo no indica vacunar se les recomiendan precauciones como el uso constante de mascarilla, evitando situaciones en las que no puedan usarse, como quedar a comer con no convivientes. También se recomienda hacer autocontrol diario de la temperatura y, en caso de dectectar fiebre o cualquier otro síntoma compatible con la enfermedad, proceder a aislarse inmediatamente y contactar con el responsable de hacer el seguimiento de contactos. En el caso de Lugo, el estudio de contactos lo realiza la Dirección Provincial de Sanidade.

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