Detenidos dos lucenses que tenían en su poder más de 90.000 archivos pedófilos

La Policía Nacional arrestó a un tatuador residente en Lugo, de 47 años, y a un vecino de O Saviñao, de 42, sin oficio conocido

Un agente ante un ordenador. POLICÍA NACIONAL
photo_camera Un agente de la Policía Nacional ante un ordenador. ARCHIVO

Agentes de la Policía Nacional de Lugo detuvieron a dos hombres que tenían en su poder un auténtico arsenal de material pedófilo, compuesto por más de 90.000 archivos.

Los agentes lucenses, afanados en la lucha contra la pedofilia y la pornografía infantil -que ha encontrado en internet el hábitat perfecto para expandirse- rastrearon las redes de intercambio de archivos P2P (peer to peer) y detectaron el movimiento de archivos con este tipo de contenido repugnante.

Los policías del Grupo de Delincuencia Especializada y Violenta (Udev) de la Policía Judicial de Lugo analizaron concretamente la red eDonkey y centraron sus pesquisas en dos IPs, una en la capital lucense y otra en el municipio de O Saviñao, en la zona sur de la provincia.

Con la información recabada, los investigadores registraron los domicilios de los sospechosos y localizaron un ordenador portátil -en concreto en la vivienda del lucense- y dos discos duros externos.

Según confirmó este miércoles el portavoz policial, estos soportes contenían "más de 90.000 archivos de contenido sexual en el que participaban varios menores de edad".

"Los dos hombres pasaron a disposición judicial por tenencia y distribución de pornografía infantil y quedaron en libertad"

Los responsables de estos archivos, que contenían imágenes de gran dureza, fueron detenidos el pasado lunes y trasladados a la comisaría de la Rúa Chantada, donde pasaron la noche en los calabozos. Ambos fueron puestos el martes a disposición del juzgado de Instrucción número 3 de la capital lucense como presuntos autores de un delito de tenencia y distribución de pornografía infantil. Finalmente, tras su comparecencia, el juez decretó su puesta en libertad con cargos.

PRECEDENTES. Estos arrestos se producen apenas cinco meses después de que la Policía cerrara otra operación contra la pornografía infantil que se cerró con 17 implicados en toda España, entre ellos un lucense. Los agentes registraron el domicilio de este hombre, en Fonte dos Ranchos, y también le incautaron un buen número de plantas de marihuana.

Tal y como señalaron entonces los investigadores, los implicados usaban un servicio de chat anónimo en el que las conversaciones se borraban de forma automática. Además de las imágenes pedófilas -"muy duras" y con niños "muy pequeños", según revelaron fuentes policiales- los detenidos también compartían material que contenía prácticas sexuales extremas, como zoofilia o bestialismo. En aquella operación no trascendió el volumen de archivos que manejaba el lucense, pero alguno de los detenidos guardaba más de 20.000.

El año pasado, en el mes de mayo, también fue detenido un joven de 33 años, vecino de la parroquia chantadesa de Mariz, por su presunta implicación de una red nacional de pornografía infantil. Según trascendió tras el arresto, el hombre utilizaba la wifi de una conocida cafetería de la villa del Asma para conectarse a internet y participar en la trama. Al parecer, el detenido hacía gala entre sus allegados de su vinculación con el mundo de la pornografía casera, aunque hablaba únicamente de videos con adultos.

Su implicación en la red pedófila se descubrió a raíz de una denuncia anterior contra él por bestialismo (sexo de personas con animales), ya que al parecer colgó un video en una plataforma americana en el que practicaba sexo con una gallina. El documento llegó al Partido Animalista, que lo denunció por maltrato animal. A raíz de la denuncia, la Policía Nacional revisó su ordenador y descubrió también varios archivos de contenido pedófilo.

Un mes más tarde, un vecino de A Pastoriza de 40 años también fue arrestado por su participación en una red internacional de distribución de pornografía infantil integrada por 39 ciudadanos de 18 países. Todos estos detenidos están a la espera de juicio por visualizar o compartir videos de auténticas atrocidades con los más vulnerables: Los menores.