La operación Calcetín-Salafranca, desarrollada por la Guardia Civil y la Policía Nacional de Lugo y que suma detenciones y aprehensiones de droga por toda España, añadió esta semana dos nuevos detenidos. Los hombres fueron sorprendidos cuando transportaban 110 kilos de hachís en bellotas.
La detención se produjo en un área de servicio de la A-6, donde fueron interceptados por agentes del grupo antidrogas de la Policía Judicial de la Guardia Civil en Lugo. Gracias a las intervenciones telefónicas y los seguimientos desarrollados dentro de esta operación, que lleva casi dos años activa, se les pudo seguir desde el sur del país, donde cargaron la droga. Su destino era A Coruña. Viajaban en dos vehículos, actuando el primero como lanzadera para ir controlando los posibles dispositivos policiales. Ese coche lo conducía un ciudadano de origen magrebí con domicilio en A Coruña, que sería además el destinatario último de la droga.
El hachís se localizó en el otro vehículo, oculto bajo unas mantas y manipulado en forma de bellotas, listas para su venta al menudeo.
Los dos hombres fueron puestos a disposición del juzgado de instrucción 1 de Lugo, que dirige Pilar de Lara, que decretó su ingreso en prisión.
Con estos dos arrestos la operación Calcetín-Salafranca acumula alrededor de 70 en todo el país, y más de una tonelada de hachís incautada. Solo en Lugo se desarticuló una célula con 17 personas implicadas, que eran dirigidas por imán de una mezquita coruñesa.
De hecho, la operación tuvo su continuidad durante la semana pasada en la capital herculina, también con la colaboración de la Guardia Civil y la Policía Nacional lucenses. Esta ramificación permitió realizar una redada importante en la zona de Orillamar, donde se produjeron hasta 23 detenciones. Una decena de los arrestado fueron enviados también a prisión, entre ellos cinco hombres y tres mujeres que fueron acusados de tráfico de drogas e integración en grupo criminal. Dos de ellos están imputados, además, por supuesto depósito de armas y otros dos, por tenencia ilícita de armas.
La operación se realizó el pasado jueves en la calle Orillamar, con un amplio despliegue policial que incluyó un helicóptero y dejó el área con circulación restringida durante diez horas, con numerosos registros en domicilios de la zona.
