Uno de los prófugos lucenses más buscado, el empresario de automoción Eloy Castro, fue detenido el mes pasado en Portugal por agentes de la Guarda Nacional Republicana (GNR). Ahora está a la espera de su traslado a Lugo para responder por las cuentas que tiene pendientes con la Justicia por múltiples estafas.
Los agentes del destacamento territorial de Matosinhos de la gendarmería lusa, que le seguían la pista, lo tenían localizado desde hace meses en Vila do Conde, una coqueta localidad ubicada junto a la desembocadura del río Ave, en el distrito de Oporto. Pero los trámites burocráticos demoraron su arresto hasta mediados del pasado mes de agosto.
Eloy Castro, que el próximo domingo cumplirá 46 años, llevaba al parecer en Portugal desde que se fugó de Lugo, huyendo de la Justicia española hace más de dos años para eludir su ingreso en prisión en la primavera de 2020.
El empresario natural de A Pontenova acumula una decena de condenas por estafa, algunas de las cuales todavía tiene pendientes de cumplir. Ese fue uno de los motivos por los que se dictó contra él una orden europea de detención y entrega.
Alguna de esas condenas fue a raíz de operaciones ilícitas que llevó a cabo desde la delegación que tenía en el país vecino, sita en Chaves.
Otra de las razones es que desde hace años está pendiente de sentarse en el banquillo de los acusados para responder en el juicio por las presuntas estafas que cometió en el lujoso multimarca que gestionaba en la Avenida de Madrid de la capital lucense, la firma llamada Autocentrum.
Esta es la mayor causa a la que se tiene que enfrentar hasta ahora el empresario huido, un procedimiento judicial que se iniciaba ya en 2008 y que en 2017 se concluía su instrucción.
El ministerio fiscal le solicita por esta causa 9 años de prisión, ya que le acusa de engañar a clientes en la venta de al menos una treintena de vehículos que no reunían las condiciones acordadas y de falsificar documentos de las operaciones en siete ocasiones.
La batería de tropelías que presuntamente cometió este empresario en la venta de vehículos de segunda mano en su negocio de la Avenida de Madrid iban desde la manipulación del cuentakilómetros a la negativa a entregar el automóvil pagado, pasando por el fraude en los años de matriculación o los extras, las irregularidades en la documentación o la transacción de coches con averías que imposibilitaban su circulación.
La Fiscalía sostiene que el prófugo arrestado en Portugal realizó estas ventas "con ánimo de obtener un beneficio económico injusto a costa de sus clientes y a sabiendas de que no cumpliría sus obligaciones contractuales".
Por este procedimiento el ministerio público reclama además a Eloy Castro que indemnice a los afectados por sus estafas con más de 241.000 euros.
Si bien esa cuantía económica debe ser mayor, pues hay que añadir todas las que se deriven de la diferencia entre el importe pagado por cada uno de los compradores y el precio real de mercado de cada uno de los vehículos en el estado en que se encontraban y con sus características tanto de motorización como de extras, en todos los casos muy inferiores a las pactadas.
La ley puede jugar a favor de este empresario en este proceso, pues debido a los años que acumula de espera para ser juzgado, podrían aplicarle la circunstancia atenuante de dilaciones indebidas, por lo que su pena se vería notablemente reducida de esos 9 años solicitados por la Fiscalía, como ha sucedido en mediáticas macrocausas instruidas en la capital lucense.
La última vez que Eloy Castro compareció en un juicio en la capital lucense, antes de su fuga, fue en noviembre de 2019 por estafa en la venta de dos máquinas agrícolas a empresarios de Plasencia y Zamora.
